El arte habla de María Magdalena
Paolo Ondarza - Pope
Pecadora, redimida y perdonada por la misericordia divina. Testigo junto a las piadosas mujeres de la muerte en la cruz, la sepultura y la desaparición del cuerpo de Jesús. La primera de los discípulos en ver la tumba vacía, en recibir el anuncio de la Pascua, en conocer, tal vez incluso en tocar, al Maestro en la mañana después del sábado. María Magdalena es una figura constantemente presente en el relato evangélico, sobre todo en su punto culminante: la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
El retrato
La larga cabellera, el atractivo físico, el frasco de mirra en sus manos, la actitud penitente y la meditación sobre la fugacidad de la vida, el rostro surcado de lágrimas, los ojos de quien de la muerte interior ha vuelto a la vida y a la esperanza. Estos son algunos de los rasgos que han caracterizado la representación artística de esta mujer a lo largo de los siglos con cientos de obras maestras.
200 obras
Todas las épocas han mirado a la que siguió a Jesús desde Galilea hasta el Gólgota y lo vio resucitar. Así lo atestiguan las cerca de 200 obras de grandes artistas desde el siglo III a.C. hasta el siglo XX ilustradas en el volumen publicado por Silvana Editoriale y titulado "Magdalena. Il mistero e l'immagine" (Magdalena. El misterio y la imagen). Se trata del catálogo de la gran exposición del mismo nombre celebrada en los Museos de San Domenico de Forlì, que acaba de cerrar sus puertas con gran éxito de crítica y más de 40.000 visitantes a pesar de la emergencia por el calor y el aumento de las enfermedades en las últimas semanas.
Obras maestras de todos los tiempos
Son 12 secciones en las que el itinerario narrativo se reparte entre la pintura, la escultura, las miniaturas, los tapices, la orfebrería y la obra gráfica: desde la crátera apulense con la muerte de Meleager hasta la Deposición en la cruz de Marc Chagall; desde el Noli me Tangere de Veronese hasta las obras maestras de Francesco Hayez y Antonio Canova, cuya interpretación de la Magdalena, yacente y penitente, se convirtió en una verdadera obra de culto en la época romántica, influyendo en pintores y escultores.
Préstamos internacionales
Cabe destacar las obras maestras internacionales de instituciones como el Museo de Orsay de París, el Hamburger Kunsthalle de Hamburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Kunsthistorisches Museum de Viena, la Neue Pinakothek de Múnich, el San Diego Museum of Art el Palacio Sursock de Beirut, los Museos Vaticanos o las Gallerie Nazionali d'Arte Antica e d'Arte Moderna e Contemporanea de Roma, la Pinacoteca Ambrosiana de Milán, las Gallerie dell'Accademia de Venecia, las Gallerie degli Uffizi de Florencia o el Museo di Capodimonte de Nápoles. Una colaboración coral para lo que a todos los efectos puede definirse como un evento-exposición en torno a una figura femenina emblemática, santa y pecadora, intelectual y apóstol, descrita por los Evangelios canónicos y apócrifos.
Magdalena es la humanidad
"Somos María Magdalena", explica el director de la exposición, Gianfranco Brunelli:
"Nos reflejamos en esta figura tan cercana al misterio cristiano y representativa de las inquietudes, tensiones, esperanzas y angustias de toda la humanidad. Magdalena es el personaje en el que convergen mujeres tan diversas como la prostituta del capítulo séptimo de Lucas, o María de Egipto, o la figura del ermitaño de la Leyenda Dorada. Jugando entre la persona y el personaje, entre su identidad y las referencias que los distintos siglos nos han dado sobre ella, la exposición cuenta el misterio de una mujer que es también el misterio de la humanidad".
Palabra e imagen
El cristianismo", continúa Brunelli, "no es sólo palabra, sino imagen". Algunas imágenes de la exposición se quedan grabadas en el corazón, como la Magdalena rubia pintada por Masaccio, "de espaldas, al pie de la cruz, levantando los brazos de forma especular respecto a Cristo Crucificado"; o la de Guttuso, que tanto revuelo causó en 1941, en la que "la desnudez de la figura femenina es la desnudez de la propia humanidad". Es una obra de gran actualidad: "se pintó en tiempos de guerra. El siglo XX fue quizás el más crucificado y Magdalena se encuentra bajo la cruz como figura del dolor'.
Más allá de Forli
Agradecimiento por la valentía en la elección del tema y por la puntualidad y riqueza con la que fue expresado por Card. José Tolentino Calaça de Mendonça, archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, que visitó la exposición unas semanas antes de su clausura, la calificó de "perfecta por la calidad de la construcción temática". La exposición también tiene el mérito de haber activado una colaboración especial con varios museos cívicos: además de los museos de Forlì, el de Faenza ha comenzado a promocionar el territorio, además de los 71 museos religiosos italianos conectados con la exposición en una "especie de sinfonía global", concluye Brunelli.
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