Integración cultural, el ejemplo de la Sinfonía en Re menor de Franck
Marcello Filotei - Ciudad del Vaticano
César Franck fue compositor y mediador cultural. Nació en Bélgica en el seno de una familia de origen germánico, estudió música en Francia y siempre vivió al margen de los prejuicios. Poco francés para los franceses, poco alemán para los alemanes, consiguió fusionar la capacidad de desarrollar continuamente pequeños elementos, heredada de Beethoven, con la claridad melódica transalpina.
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En este sentido, su Sinfonía en Re menor, que se emitirá el sábado 4 de junio a las 22:00 horas en una interpretación de la Orquesta Nacional de Francia dirigida por Leonard Bernstein, es un ejemplo de integración cultural. No de tolerancia, porque no hay necesidad de tolerar nada cuando la diversidad se vive como una ventaja. Los hombres de frontera lo saben, Franck lo sabía, sus detractores menos y han desaparecido del radar de la historia. El genio belga nos enseñó que se puede ser francés y alemán al mismo tiempo. Tal vez sea demasiado considerar que es uno de los padres culturales de Europa, pero desde luego no tenía miedo a la integración.
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