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Filipinas vota por un nuevo presidente en medio de disturbios Filipinas vota por un nuevo presidente en medio de disturbios 

Filipinas vota por un nuevo presidente en medio de disturbios

Las urnas están abiertas en Filipinas, donde hoy se vota para elegir al próximo jefe de Estado. Diez candidatos se presentan para suceder a Rodrigo Duterte. Entre los favoritos está Ferdinand Marcos Junior, hijo del ex dictador Marcos. Ya se produjeron dos ataques, con víctimas, contra colegios electorales en la isla de Mindanao

Salvatore Cernuzio y Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano

Alrededor de 67 millones de filipinos están llamados a votar en estas horas al sucesor del polémico presidente Rodrigo Duterte, que no puede presentarse a la reelección dada la ley que sólo permite un mandato. Inspirador de una sangrienta guerra contra el narcotráfico que ha costado la vida de, al menos, 6.200 entre drogadictos y traficantes (aunque las organizaciones de derechos humanos hablan de 30.000 "ejecutados" por las fuerzas de seguridad), el presidente saliente podría acabar siendo investigado en las próximas semanas por la Corte Penal Internacional, que ha anunciado que empezará a investigarlo por crímenes contra la humanidad.

El favorito, Ferdinand Marcos Jr.

Entre los diez candidatos que se presentan está la hija del presidente saliente, Sara Duterte-Carpio, pero el favorito actual es Ferdinand "Bongbong" Marcos Jr., hijo del difunto dictador Ferdinand Marcos. Muy por delante en las encuestas, "Bongbong" parece estar en camino de completar el regreso al poder de la dinastía caída y exiliada hace cuarenta años, tras la revolución popular pacífica que los desalojó del poder. Marcos tiene un 56% de apoyo popular, casi el doble que su rival más cercano, Leni Robredo, la actual vicepresidenta, una abogada de derechos humanos con una agenda muy social. Será una carrera de dos, dicen las últimas previsiones.

Desinformación

Mientras tanto, los Marcos son acusados de una campaña de desinformación a través de las redes sociales durante estas elecciones. Un esfuerzo ya realizado, como dicen los analistas, desde hace dos décadas, para limpiar su imagen de las acusaciones de corrupción y violencia. Sin embargo, muchos filipinos siguen considerándolos los modernizadores del país y la suya como la edad de oro del país. La familia sigue liderada por Imelda, de 92 años, que está en libertad bajo fianza.

Ataques contra colegios electorales

En general, todas las elecciones presidenciales actuales han estado marcadas por varias fake news transmitidas a través de las redes sociales, en las que, al parecer, se han eliminado cientos de cuentas en Facebook, YouTube y TikTok. Además, la figura polarizadora de Marcos relegó a un segundo plano los problemas económicos agravados por la pandemia durante la campaña electoral.

 

Filipinas ha sufrido uno de los lockdown más largos del mundo, y además de la pobreza y la desigualdad endémicas, el país sufre una inflación galopante. Estas elecciones se han visto agravadas por una serie de incidentes violentos, como los ocurridos en Mindanao, donde tres guardias de seguridad murieron y nueve resultaron heridos en dos ataques distintos contra colegios electorales.

Un país dividido

El clima en el que el país acude a las urnas es altamente divisivo y esto se debe a la controvertida política del presidente saliente Duterte, que se ha conducido con mano dura especialmente en la lucha contra el narcotráfico. Este es el comentario de Stefano Vecchia, experto en la situación asiática. En su entrevista a Pope, Vecchia sostiene que la votación será un enfrentamiento entre Marcos hijo, que lidera las encuestas a pesar del mal recuerdo que dejó la dictadura de su padre, y Leni Robredo. El primero podría llevar a cabo una política de acercamiento a China, con el objetivo de mejorar la economía y el crecimiento con cualquier socio, mientras que Robredo parece más inclinada a seguir políticas prooccidentales.

Unidad, democracia y desarrollo compartido

Aunque Filipinas es una de las democracias más antiguas del sudeste asiático, se encuentra entre los países más pobres de la comunidad internacional, por lo que los objetivos que debe perseguir el próximo jefe de Estado son los de progreso social y económico, que tanto necesita el país, aunque también la eliminación de las fricciones internas, fruto de la presidencia saliente. En definitiva, dice Vecchia, “hay que salvaguardar la democracia para evitar la deriva dictatorial de la que siempre parece pender Filipinas”.

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09 mayo 2022, 17:29