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Isabella Piro - Ciudad del Vaticano

El Tribunal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York ordenó al Departamento de Seguridad Nacional restablecer todo el programa de Deferred Action for Childhood Arrivals (Daca) para el 7 de diciembre y reanudar la aceptación de candidatos por primera vez. La decisión se adoptó el 4 de diciembre, en relación con el programa querido en 2012 por el Presidente Barack Obama, en virtud del cual los inmigrantes irregulares que llegaron a los Estados Unidos cuando eran niños (los llamados "dreamers"), siguiendo a sus padres, estaban exentos de la deportación y tenían la oportunidad de obtener permisos de trabajo.

El programa Daca ha estado en la mira de la administración Trump que, en junio pasado, trató de abolirla, pero recibió el parecer contrario de la Corte Suprema. Sin embargo, en julio, el ex Jefe de la Casa Blanca estableció una serie de nuevos límites al programa, en particular, reduciendo el permiso de trabajo para los "soñadores" de dos a un año y excluyendo la posibilidad de presentar nuevas solicitudes. Pero la última decisión del Tribunal de Distrito va en contra de esa decisión. La satisfacción, por lo tanto, es expresada por la Conferencia Episcopal local: en una nota, Monseñor Mario E. Dorsonville, presidente del Comité Episcopal de Migración de los Estados Unidos, afirma: "Acogemos con satisfacción la plena reintegración del programa Daca" que "beneficia directamente a los jóvenes inmigrantes, sus familias y las comunidades a las que servimos".

"A todos los soñadores les digo que la Iglesia Católica sigue a su lado", reitera el prelado, "y los defenderá para que puedan alcanzar el potencial que Dios les ha dado aquí en los Estados Unidos". Al mismo tiempo, el obispo Dorsonville recuerda que "sólo una legislación que proporcione un camino hacia la ciudadanía dará a los soñadores y a sus familias una verdadera seguridad y la posibilidad de desarrollarse plenamente". Por lo tanto, la Usccb insta "una vez más al Congreso de los Estados Unidos a que apruebe una legislación que proporcione a los soñadores un camino hacia la ciudadanía".

"Esperamos que la restauración del Daca - añade el presidente del Comité de Obispos de EE.UU. para la Migración - abra un nuevo capítulo de posibilidades en el tema de la inmigración, incluyendo la introducción y aprobación de una reforma legislativa por parte del Congreso que aborde todo el sistema". Por su parte, los obispos estadounidenses se comprometen a "seguir apoyando una reforma que valore la unidad familiar, honre el debido proceso y el estado de derecho, reconozca las contribuciones de los trabajadores, proteja a las personas vulnerables que huyen de la persecución y aborde las causas fundamentales de la inmigración".