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Costa Rica, al igual que otros países del mundo está sufriendo los efectos de la Covid-19 en términos sanitarios, pero en unos cuantos meses ha visto pasar la tasa de desempleo del 12 por ciento al inicio de la crisis sanitaria en el mes de marzo, al 24,4 por ciento en septiembre, afirmó el padre Edwin Aguiluz, Secretario Ejecutivo Cáritas Costa Rica. A esta realidad, añadió el sacerdote, se añade el grave problema del “déficit fiscal que este año espera sea de un 9 por ciento del PIB. Además, el 60 por ciento lo está consumiendo el pago de la deuda”, insistió.

Aguiluz expresó que la realidad que vive Costa Rica no es ajena a la que vie el resto del continente latinoamericano y que los márgenes de maniobra para enfrentar la crisis son muy pequeños. Refiriéndose al actual momento subrayó que es necesario un “fuerte diálogo social” y que el actual gobierno no está contribuyendo en esta dirección. Consecuencia de ello es “la polarización de la sociedad costarricense (…) que pasó de un clásico bipartidismo a un multipartidismo, donde no hay una minoría principal (…) sino que somos una sociedad atomizada”.

Otro problema que el padre Aguiluz identificó es que “el poder ejecutivo no cuenta con una palanca fuerte en el poder legislativo”. En este contexto, insistió, la respuesta a la crisis no ha tenido el diálogo como elemento principal. “El gobierno ha sido muy reacio a un diálogo efectivo. Se ha venido acumulando una tensión muy grande en el país que se exacerbó con la pandemia y específicamente con un plan de reactivación económica que usa la política fiscal como base para un convenio con el Fondo Monetario Internacional. Este plan contemplaba una fuerte alza a los impuestos en un esquema regresivo y con un alto costo para los sectores medios y pobres del país, además se piensa en la venta de algunas instituciones estatales, o sea, su privatización y otras medidas que han generado una convulsión grande en el país”.

El Secretario Ejecutivo de Cáritas Costa Rica puntualizó que en este contexto se “desencadenó un movimiento llamado Rescate Nacional”, el cual comenzó a organizar una serie de bloqueos de carreteras que fue creciendo y que ahora está afectando todo el país y que está teniendo un impacto económico, pues ha durado más de una semana”.

Aguiluz puso en evidencia que la respuesta a los bloqueos ha sido la represión por parte de la policía, lo que ha generado más violencia de parte de los manifestantes. “Además, los grupos de manifestantes han sido infiltrados” por personas ajenas.

Cáritas, afirma Aguiluz, “está procurando tender puentes de acercamiento y ha tenido algunos encuentros con unos y otros, sin embargo, persisten posiciones muy radicales”. El sacerdote insistió en la necesidad de ponerse a negociar entre las partes, pues es lo que exige el actual momento que vive el país centroamericano.