Refugiados: situaci¨®n tensa en la frontera greco-turca
Ciudad del Vaticano
Grecia, en primera línea en esta nueva crisis migratoria, recibió el martes el apoyo de la Unión Europea. Junto con el presidente del Consejo, Charles Michel, y el presidente del Parlamento, David Sassoli, la presidenta del comité, Ursula Van der Leyen, prometió al primer ministro Kyriakos Mitsotakis "toda la ayuda necesaria". 700 mil millones deben estar disponibles, la mitad de inmediato, para apoyar a Atenas.
Desde que el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan decidió abrir las puertas de su país a Europa, miles de migrantes y refugiados han ido llegando a la frontera con Grecia, donde se ha desplegado un gran número de policías y soldados. Empujados hacia Grecia por los turcos y devueltos por las fuerzas griegas, los migrantes -en su mayoría procedentes de Siria y Afganistán- se encuentran totalmente desamparados. Los incidentes se multiplican como resultado de esta tensión extrema: barcos improvisados a los que se les impide desembarcar, violencia, intimidación.
Los trabajadores de la ayuda humanitaria son blanco de ataques
La situación explosiva ha exacerbado la crisis que se vive desde hace meses en Lesbos, que el Papa visitó en 2016. Esta isla del Mar Egeo, situada a poca distancia de la costa turca y, por lo tanto, el primer destino de los migrantes, contiene el campamento de Moria, que es completamente insalubre y está superpoblado en relación con su capacidad para recibirlos. La semana pasada, la decisión de las autoridades griegas de cerrarlo y construir uno más grande llevó a violentas manifestaciones de algunos de los habitantes, cansados de la situación que se ha vuelto insostenible.
Tras el incendio de un centro de tránsito, la violencia se dirige ahora contra los migrantes y los trabajadores de asistencia, al punto de que estos últimos empiezan a marcharse porque no pueden trabajar en condiciones de seguridad.
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