Es necesario aunar esfuerzos para proteger el ambiente
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
La Amazonía sigue sufriendo desastres ecológicos. Desde enero hasta el 18 de agosto, no se han detenido los incendios que han devastado la región, llegando a haber más de 38 mil focos.
Resuenan aún las palabras del llamamiento del Papa el 25 de agosto, en los saludos tras el rezo mariano, cuando expresó la gran preocupación que nos aqueja a todos por los grandes incendios que se han desarrollado en la región amazónica, y pidió rezar para que puedan ser domados lo antes posible con el compromiso de todos.
«Estamos todos preocupados por los grandes incendios que se han desarrollado en el Amazonas. Recemos para que, con el compromiso de todos, puedan ser domados lo antes posible. Ese pulmón de bosques es vital para nuestro planeta», manifestó Francisco.
Qué más hacer para proteger el Amazonas
Pope habló con el embajador de Ecuador ante la Santa Sede, José Luis Álvarez quién en primer lugar, ante la pregunta qué más se puede hacer para la protección del Amazonas, dijo que es necesario crear “planes de acción conjuntos a fin de solventar estos problemas que se han venido dando”. Aunar esfuerzos para poder diagnosticar bien la situación y luego dijo, plantear soluciones integradas, coordinadas, a fin de mitigar el problema.
La Amazonía es el cinco por ciento del territorio mundial, genera el 20 por ciento de oxígeno del mundo y ayuda a mantener el balance y el equilibrio climático, por lo tanto, es un pulmón que hay que cuidar. Ante situaciones de emergencia, entonces ¿qué hacen los gobernantes?, según el diplomático, Ecuador ha sido “desde hace mucho tiempo” un país altamente sensible a la naturaleza.
La Constitución de Ecuador se consagra a la naturaleza como un sujeto de derechos. El embajador afirma que como la naturaleza no puede reclamar por sí misma derechos, concede a los habitantes, a las comunidades, a los pueblos que radican en las zonas frágiles del Ecuador la posibilidad de reclamar los derechos de la naturaleza, y esto deviene una actitud social, general del país, de sus habitantes, de alta responsabilidad con el medio ambiente.
Los artículos de la Constitución del 71 al 74 se aplican, según el diplomático, en cualquier ámbito. Dijo que el Estado garantiza a las comunidades y a los pueblos que viven en las zonas consideradas parques o reservas naturales la posibilidad de consultarles previamente sobre cualquier actividad económica extractiva o de explotación racional de los recursos.
Andrés Tapia, dirigente de comunicación de la Confederación de organizaciones indígenas de la Amazonía ecuatoriana afirma que desde los gobiernos ha existido una tardía respuesta a problemas como los incendios en el Amazonas. En el caso específico de Brasil, afirma que el gobierno de Jair Bolsonaro ha intentado desviar la atención aduciendo que se trata de agendas de sectores ambientalistas e invisibilizando las graves afectaciones producidas sobre los pueblos indígenas y campesinos en la zona.
Tapia, asegura también que en la mayoría de países existe una legislación ambiental que no es cumplida por sus gobernantes. En el caso específico del Ecuador considera la constitución del Ecuador como una de las más avanzadas en materia de derechos, al conceder derechos a la naturaleza. Sin embargo, afirma que “ninguno de estos derechos se cumple y al contrario se siguen transgrediendo, afectando seriamente la conservación de los territorios como es el caso del avance de la frontera extractiva en el Yasuní y en el centro sur amazónico.
Escuchar las comunidades indígenas en el Amazonas
Además sostiene, que no obstante la institución pública está llamada a precautelar por el cuidado del medio ambiente, el Ministerio de Medio Ambiente, ha adquirido en el último año un rol totalmente en contra de la preservación de los ecosistemas, dando permisos ambientales y luz verde para la explotación del parque nacional Yasuní, irrespetando la consulta popular que impide ampliar la frontera petrolera dentro de la zona intangible donde habitan pueblos no contactados como los tagaeres, taromenanes. Y según él, este es solo un caso de muchos.
Andrés Tapia siente la urgencia de que se debe mantener la actoría, vocería e incidencia desde las organizaciones sociales, así como el pueblo en general. “La acción en las calles y a través de distintos mecanismos de incidencia es el único camino para proteger lo que nos queda de selva amazónica”, sentencia.
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