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 Ciudad del Vaticano

Las 356 personas rescatadas por el Ocean Viking, el barco de Médicos Sin Fronteras (MSF) y la organización SOS Mediterraneé en el Mediterráneo Central, ya han sido transferidas a los botes de las fuerzas armadas de Malta para su desembarco en un lugar seguro. La operación terminó el viernes 23 de agosto, por la tarde.

Necesario un sistema de rescate permanente

Tras agradecer el gesto de solidaridad y humanidad a las partes que hicieron posible el desembarco, David Noguera, presidente de MSF en España, pide a los gobiernos europeos que busquen soluciones definitivas para estas situaciones.

«No podemos permitirnos una gestión "caso a caso", con soluciones oportunistas para cada momento. Necesitamos un mecanismo de rescate y refugio permanente y predecible para estas situaciones con el fin de ayudar a personas que huyen de contextos dramáticos», explica Noguera celebrando que se haya acabado este suplicio de tener a gente navegando sin rumbo.

Desesperados se lanzan al mar en manos de mafias

Al mismo tiempo, el presidente de MSF en tierras españolas, cuestiona si era necesario alargar durante dos semanas este estado de incertidumbre que "sólo genera más ansiedad y sufrimiento a colectivos extremadamente vulnerables que vienen de pasar penurias escapando de sus países de origen y esperando en Libia hasta que finalmente se lanzan al mar desesperados en manos de mafias".

Es por eso, que la organización sanitaria sin ánimo de lucro exige que los tiempos de actuación para el rescate de estas personas sean más cortos y que se apliquen protocolos más eficaces y mejor establecidos.

Evitar que la gente siga ahogándose en el mar

"Desde Médicos sin Fronteras pedimos a la Unión Europea una misión de rescate eficaz que evite que la gente siga ahogándose en el mar, que aplique un mecanismo de seguridad permanente para que las personas sean trasladadas a un puerto seguro una vez que han sido rescatadas, respetando así sus derechos y preservando su dignidad. También pedimos que se acabe la colaboración con Libia, ya que como han demostrado los testimonios de miles de personas, este país un auténtico agujero negro de los derechos humanos", concluye Noguera, asegurando que seguirán en acción, trabajando sin resignarse y acudiendo siempre a salvar las vidas de los más olvidados de la sociedad.