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Mireia Bonilla 鈥� Ciudad del Vaticano

A primera hora del pasado 29 de junio, la ciudad ucraniana de Gorlovka fue atacada con varias bombas que explotaron en conductos de agua, concretamente en el canal Siverski Donets-Donbass, que abastece hidráulicamente a más de 3 millones de personas. Se trata de un daño que, según UNICEF, amenaza el acceso a agua potable y a los servicios higiénico-sanitarios para 3,2 millones de personas, incluidos 500.000 niños y al mismo tiempo amenaza la seguridad de los obreros que arriesgan su vida para reparar las infraestructuras dañadas. "Un vez más, UNICEF solicita el fin inmediato de los bombardeos indiscriminados de infraestructuras civiles vitales y la protección de los operadores de agua鈥� ha dicho la Representante Adjunta de UNICEF en Ucrania, Laura Bill.

Desde principios de año, los combates en zonas afectadas por conflictos han interrumpido y detenido por completo el suministro de agua de 3,2 millones de personas durante 29 días y han dañado 58 veces las instalaciones de agua y saneamiento. Además, desde el inicio del conflicto, han muerto 9 trabajadores y 26 han resultado heridos, incluyendo 3 este año. 鈥淪e trata de hombres y mujeres que arriesgan sus vidas para que se garantice a los niños y las familias el acceso al agua potable, un derecho humano fundamental para todos鈥�, ha dicho Laura Bill.

En medio del conflicto, utilizan el agua como instrumento de poder que, además de dejar sin acceso al agua a millones de personas, provoca que la población tenga que verse obligada a usar agua contaminada y servicios de higiene inseguros, algo que es aún más peligroso durante los meses de verano con las altas temperaturas: "En abril pasado hubo una epidemia de gastroenteritis en los días de una interrupción del agua: si las hostilidades no terminan, aún más niños seguirán sufriendo" ha concluido Laura Bill.