¿Cómo entender la situación social en Venezuela?
Ciudad del Vaticano
La investigadora venezolana Anitza Freite, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, presenta un acercamiento multicausal a la crisis social venezolana.
Dimensionar la crisis
Dimensionar el impacto de esta crisis, afirma la investigadora, “Permite establecer el grado de empobrecimiento, no sólo en términos de la privación ocasionada por la pérdida de la capacidad adquisitiva en los hogares, sino también por el desmejoramiento en el ámbito de los servicios públicos, las condiciones del hábitat, los logros educativos, la seguridad alimentaria en los hogares y la seguridad ciudadana”.
Empobrecimiento absoluto luego del boom petrolero más fabuloso
Anitza Freite afirma que “Una de las expresiones de esa pérdida de bienestar viene dada por el incremento sostenido de los hogares en situación de pobreza”. Sin embargo, la explicación no puede ser monocausal. Además de la pobreza, es necesario posar la mirada en el aprovisionamiento de servicios y en las condiciones estructurales de la vivienda.
Las dos últimas causas tienen un impacto enorme, por ejemplo, “han devenido en factores que impiden la asistencia regular a clases de niños, niñas y adolescentes”. Al mismo tiempo, “El riesgo de ser pobre es dos veces superior en los hogares del conjunto de las ciudades pequeñas y zonas rurales del país si se compara con los hogares en el área metropolitana de Caracas”.
Inseguridad alimentaria
La contracción en el consumo de alimentos fuentes de proteínas de origen animal, así como de leche y los derivados lácteos tiene un impacto perjudicial en la población infantil, mujeres embarazadas y en período de lactancia y los adultos mayores, porque disminuyen la ingesta de micronutrientes esenciales.
La capacidad de los hogares para encarar los efectos de la hiperinflación sobre la merma del poder adquisitivo se encuentra cada vez más disminuida. La inseguridad alimentaria está presente en 81% de los hogares.
Retrocesos en la sobrevivencia
En materia de salud la situación también se ha tornado crítica porque se ha intensificado la pérdida de la capacidad operativa del sistema nacional de salud, afectándose la prestación de servicios de atención. Muchos hospitales funcionan en condiciones muy precarias por la falta de equipos e insumos médico-quirúrgicos y el déficit de profesionales en determinadas especialidades, debido a la emigración y la discontinuidad de algunos programas de postgrado es considerable, al igual que la escasez de medicamentos.
La investigación muestra un retroceso en la esperanza de vida en 70,5 años. Según los indicadores nacionales, sin crisis humanitaria, debería estar 3,5 años más arriba.
Retroceso en logros educativos
Desde 1999 se registró en Venezuela una segunda masificación en el acceso a la educación, observándose un incremento apreciable de la matrícula educativa en todos los niveles de enseñanza.
“Con la llegada de Maduro a la presidencia, en un contexto de prolongada y severa crisis económica y social, con altos índices de inflación, hay señales claras de reversión de los logros educativos alcanzados, en la medida que se están potenciando los riesgos de exclusión escolar en los sectores más empobrecidos, toda vez que la vulnerabilidad de muchas familias se ha incrementado y se impone la necesidad de que adolescentes y jóvenes se incorporen al mercado de trabajo”.
Para la investigadora, “Es fundamental que se revise y fortalezca el Programa de Alimentación Escolar a objeto de garantizar que, diariamente, al menos se ofrezca una comida que contenga el balance nutricional y energético adecuado a la población infantil y adolescente. Con ello no sólo se contribuiría a reducir la inasistencia y la caída del rendimiento escolar, sino también a prevenir las enfermedades asociadas a carencias nutricionales”.
Derecho al trabajo
La prolongada crisis económica ha incidido sobre el mercado laboral, reduciéndolo. El actual ambiente no incentiva la inversión ni la creación de nuevos puestos de trabajo. El aumento de la desocupación ha sido más intenso, afirma Freite, entre la población de 15 a 24 años, cuyo nivel (23%) dobla el promedio nacional. A muchos de ellos, la actual crisis los presionará para salir del país y buscar fuera su realización personal y profesional.
Inseguridad ciudadana
En medio de las circunstancias antes descritas, “se ha conocido un incremento de la violencia y la inseguridad. El temor de ser victimizados crece en la medida que las personas se alejan de su vivienda, de su calle o comunidad y van a otras partes de la ciudad o usan el transporte público. Esto se traduce en “un retraimiento de la vida urbana y la limitación de las relaciones sociales”.
Migración forzada
Para Freite, “Este contexto adverso ha forzado a que muchas personas migren a otros países, ya no como una elección para buscar oportunidades de desarrollo personal y profesional que actualmente están negadas en Venezuela, sino como una alternativa para resolver los problemas de sobrevivencia que agobian la vida de los venezolanos”. Según estimaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM y las Naciones Unidas (ONU), los venezolanos en el exterior superan la cifra de los tres millones.
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