Arabia Saudita, ejecutados 37 ciudadanos condenados por terrorismo
En Arabia Saudita, treinta y siete saudíes condenados a muerte por terrorismo, fueron decapitados ayer en varias provincias del Reino: es la mayor ejecución masiva que tiene lugar en el país desde el 2 de enero de 2016. Así lo informa el Ministerio del Interior de Riad. La pena de muerte fue decidida por los tribunales de La Meca, Medina, la provincia central de Qassim y la Provincia Oriental, la base de la minoría chiíta del país.
Según un comunicado del Ministerio del Interior publicado por la agencia estatal Saudi Press Agency, una de las personas fue crucificada después de su ejecución, un castigo reservado a delitos particularmente graves. Los condenados, fueron acusados de haber adoptado "ideologías extremistas y formado células terroristas". Al menos 34 de ellos eran chiítas, según los expertos que examinaron la lista de nombres. Desde principios de año, al menos cien personas han sido ejecutadas en el Reino Saudí, según un recuento basado en datos oficiales publicados por la agencia SPA.
La denuncia de Amnistía Internacional: procesos irregulares
Amnistía Internacional denuncia que las personas fallecidas fueron condenadas a través de “procesos irregulares”, basados en "confesiones" extraídas mediante tortura. Asimismo, evidencia que la ejecución de 37 presos condenados por terrorismo, uno de los cuales era menor de edad en el momento del crimen, marca una “alarmante escalada” en el uso de la pena de muerte en Arabia Saudita.
El año pasado, siempre según cifras de Amnistía Internacional, el Estado del Golfo condenó a muerte a 149 personas, el segundo después de Irán.
En enero de 2016, tras la ejecución de 47 personas, entre ellas el religioso chiíta Nimr al-Nimr, la embajada saudí en Irán fue agredida y desde entonces está cerrada, mientras que las relaciones diplomáticas entre los dos países, rivales por el dominio regional, no han mejorado. Ambas ejecuciones fueron aprobadas con el decreto del rey Salmán, que ha otorgado a su hijo Mohamed poderes muy amplios, incluso en la represión de la disidencia.
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