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“Estamos profundamente conmocionados y entristecidos”. El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Myanmar, expresó su profundo pesar y el de toda la Iglesia local por el brutal asesinato del padre Donald Martin Ye Naing Win, ocurrido el 14 de febrero.

Golpe en la parroquia

El religioso, de 44 años, fue asesinado a tiros mientras realizaba actividades en su parroquia, Nuestra Señora de Lourdes, en el pueblo de Kan—Gyi—Daw, situado en la región de Sagaing, una de las más implicadas en la guerra civil que desgarra al país del sudeste asiático.

Poner fin a la violencia

“Que la sangre y los sacrificios de innumerables personas inocentes, incluidos los del padre Donald Martin Ye Naing Win, sirvan como ofrenda para poner fin a la violencia que está teniendo lugar en todo el país”, añadió el cardenal, quien afirmó que “al aprender de estas desgarradoras experiencias que hemos vivido, podemos despertar el espíritu fraterno y hacer un llamamiento sincero para poner fin a la violencia”.

No lo olvides

El prelado también hizo saber que el crimen cometido contra el joven religioso no es algo que se pueda olvidar fácilmente: “Por eso -advirtió- instamos a los responsables a tomar las medidas adecuadas y garantizar que se haga justicia, para que tragedias similares no se repitan en el futuro”.

Monseñor Tin Win: “Depongan las armas”

Un llamamiento a todos los grupos armados para que depongan las armas y emprendan un camino de reconciliación fue expresado por Monseñor Mark Tin Win, arzobispo de Mandalay, la diócesis del sacerdote asesinado, durante la homilía del concurrido funeral celebrado en el pueblo natal de la víctima.

Diez sospechosos detenidos

Mientras tanto, diez hombres sospechosos de haber llevado a cabo el asesinato han sido detenidos por milicianos de las Fuerzas de Defensa Popular que se oponen a la junta militar y que controlan toda la región.