La importancia de la sinodalidad en las escuelas católicas femeninas nigerianas
Michael Maduekwe
Sor Justina Adejo, de las Hermanas Agustinas de la Misericordia de Jesús, ha compartido sus experiencias sobre cómo la escucha y el compartir en el espíritu de la sinodalidad hayan sido útiles en la formación de las estudiantes en la escuela secundaria de propiedad de la congregación. “Escuchar a las chicas nos ofrece mayores oportunidades de interactuar con ellas y ellas se sienten libres de interactuar con nosotras”, ha afirmado a Pope. “Y nuestro enfoque sencillo les hace percibir que tienen personas que están realmente aquí para escucharlas, por tanto, se acercan y comparten sus problemas de vida con nosotras”. Sor Adejo, que actualmente es la directora del Mother of Good Counsel Girl's Secondary School, instituido en el 2011, contó que este enfoque ha ayudado a las chicas “a ser más rectas moralmente, más abiertas, más autosuficientes y preparadas para alcanzar sus objetivos en la vida como mujeres disciplinadas que miran adelante”.
Sinodalidad con intencionalidad
Para garantizar la sostenibilidad de esta cultura sinodal en la escuela, sor Adejo ha explicado que la escuela tiene tanto un sistema como un enfoque que hace fácil para las estudiantes compartir su recorrido. “Interactuamos con ellas y nos ponemos a su disposición en todo momento”, ha dicho. “En la escuela tenemos un sistema de orientación y consejería en el que cada estudiante puede encontrar la maestra de orientación y consejería con la que compartir, porque si eres abierta y más flexible la atraes hacia ti”. “Entre los profesoras” ha añadido, “tenemos encuentros cada lunes en los que nos sentamos y nos escuchamos las unas a las otras y miramos los desafíos”. Estos enfoques, según sor Adejo, crean más espacio para el crecimiento en su apostolado y para la educación de las jóvenes.
Misión de educación
Hablando del vínculo entre el trabajo escolar y la misión de las Hermanas Agustinas de la Misericordia de Jesús, sor Adejo ha observado que el trabajo escolar estaba en el centro de su misión como hermanas agustinas, porque ha ayudado a guiar a las jóvenes a Cristo. "Para nosotras hermanas agustinas, ha contribuido a nuestra misión, porque en un cierto sentido, llevamos a Cristo a ellas y después las llevamos a ellas a Cristo”, ha asegurado.
Sinodalidad en comunidad
La sinodalidad, ha dicho sor Adejo, ha sido útil en la vida de la comunidad, ya que da a todas la oportunidad de escucharse unas a otras y de compartir el propio corazón y los frutos de tales experiencias. “Como hermanas agustinas, nos abre más puertas para tener más tiempo en nuestra oración, compartiendo las cosas comunes que nos unen juntas como hermanas” ha afirmado. “Nos sentamos en la capilla para adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento y después, cuando salimos, como comunidad compartimos las cosas que nos tocan a cada una de nosotras”
Frutos de la oración silenciosa revelados en el servicio
La madre Teresa de Calcuta una vez dijo que “el fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio y el fruto del servicio es la paz”. Sor Adejo ha explicado que las hermanas Agustinas de la Misericordia de Jesús comparten esta experiencia, observando que la vida sinodal es lo que estimula su compartir con los demás fuera de la comunidad. “Mientras caminamos juntas como comunidad, también somos capaces de proseguir para compartir con los otros que viven junto a nosotras”. La vida sinodal, ha declarado, “nos abre más puertas para compartir mayormente nuestra vida y la enseñanza de la Iglesia”.
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