“Ni?a Carolina”, el centro de bienestar que custodia a los ni?os y ni?as de El Salvador
Yamile Adriana López Rodríguez
Desde hace 25 años el Centro de Bienestar Infantil “Niña Carolina”, de la Congregación de Franciscanas de María Inmaculada ayuda con educación, atención y alimentación a los niños y niñas del municipio de Ciudad Delgado, una localidad históricamente afectada por la pobreza y la inseguridad, en la periferia de la capital de El Salvador. Este país centroamericano vivió una etapa de violencia en la que también la niñez sufrió las consecuencias. Llegó a encabezar la lista de las naciones con una de las tasas más altas de homicidios en Latinoamérica, relacionada con el conflicto armado que sufrió décadas atrás.
Interpeladas por ese contexto las Franciscanas de María Inmaculada fundaron en 1998 el C.B.I. Niña Carolina, que lleva el nombre de pila de su fundadora, la Beata María Caridad Brader. El proyecto hace parte de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Ciudad Delgado y, esencialmente, tiene como objetivo colaborar con los padres y madres que por su situación económica no pueden cuidar a sus hijos. “El servicio es totalmente gratuito, y es de lo mejor para ellos, especialmente por el programa de alimentación que tenemos.”, explica la Hermana Brenda Chacón, responsable del área contable del centro y quien también adelanta labores pastorales en la parroquia. “El proceso de ingreso de los niños es muy sencillo, únicamente se exige que estén en el rango de edad -continua la hermana Brenda- y si son de áreas vulnerables se facilita el acceso, también se tiene en cuenta la parte económica, para ayudar especialmente a familias necesitadas porque ese es el objetivo de la guardería”.
La promoción de la mujer
Actualmente 105 niños y niñas de 1 a 7 años de edad son atendidos en una jornada que inicia a las 7:00 a.m. y termina a las 4:30 p.m. En el centro son recibidos por madres educadoras, maestras y la Hermana Josefa Castillo, responsable de la fraternidad y directora de la guardería; la Hermana María Esther Álvarez Obregón, con funciones pastorales y de apoyo a las maestras; y finalmente, la Hermana Brenda. Fieles al legado de su fundadora, las Franciscanas de María Inmaculada a través de esta obra que hace parte de la Pastoral Social y Educativa de la Congregación, apoyan también la promoción de la mujer con espacios laborales, la gestión de capacitaciones estatales y la promoción de los emprendimientos de las madres solteras involucradas en la misión social.
“Actualmente nuestra infraestructura está mejorada y nos alegra ofrecer un espacio seguro y adecuado a nuestros queridos niños, así como espacios de recreación y aprendizaje de manera que tengan lo mejor”, destaca la Hermana Brenda, mientras reconoce el invaluable aporte de entidades como LACA Foundation (Fundación de Asistencia Comunitaria de América Latina) y La Procura Congregacional; que han contribuido financieramente al C.B.I.
Todo por niños y niñas felices
En veinticinco años más de 2.500 infantes se han beneficiado con los servicios del C.B.I. Niña Carolina, un empeño que para la Congregación vale la pena porque es una labor que brinda esperanza a la población que lucha cada día por transformar su realidad. Tienen claro que trabajar por la niñez es una opción que merece todo el esfuerzo y sacrificio, porque así también lo inculcaba su fundadora, quien siendo una niña conoció el dolor al perder a su padre.
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