RD Congo: católicos y protestantes firman un pacto de convivencia por la paz
Stanislas Kambashi - Ciudad del Vaticano
«¿Cuánto más sufrimiento, muerte, violaciones, desplazamientos y destrucción debe haber antes de que se establezcan la paz y la armonía en la República Democrática del Congo y en la región de los Grandes Lagos?». Con esta y otras muchas preguntas, la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (Cenco) y la Iglesia de Cristo en el Congo (Ecc) evocan el sombrío panorama de la situación en la República Democrática del Congo y en la región de los Grandes Lagos, donde se cierne el espectro de una «catástrofe humanitaria de incalculables consecuencias».
El llamamiento de la Iglesia congoleña
En un comunicado de prensa publicado esta semana, las dos organizaciones hacen un llamamiento a todos los cristianos y personas de buena voluntad para que consideren 2025 como el «Año de la paz y la buena convivencia en la República Democrática del Congo y en la región de los Grandes Lagos». El llamamiento se dirige en particular a las poblaciones locales para que hagan de este compromiso una prioridad absoluta, ante «una emergencia vital». En el año del Jubileo de la Esperanza, se insta a los pueblos, comunidades y Estados de la zona a trabajar por una «coexistencia pacífica y solidaria».
Un pacto social por la paz
En su mensaje, Cenco y Ecc reiteran que no se puede seguir «siendo indiferentes ante los conflictos políticos y armados y su estela de división e impacto devastador en la vida humana, el medio ambiente y las condiciones socioeconómicas de nuestros pueblos», con sufrimiento, muerte, violaciones, desplazamientos forzados y destrucción. También hicieron un llamamiento al desarrollo de los países de los Grandes Lagos sobre la base de «una cultura de buena vecindad a través de las fronteras», sin derramar «la sangre de miles de inocentes». Por ello, Cenco y Ecc hacen una petición urgente: «Apresurémonos a sellar sin demora este “Pacto Social por la Paz y la Convivencia en la República Democrática del Congo y los Grandes Lagos”».
Diálogo y compromiso internacional
Los obispos católicos y los representantes protestantes creen que el «resultado salvífico» de este Pacto permitirá a África «liberarse de los conflictos políticos armados y entrar en la lógica de la fraternidad mundial de los pueblos, las comunidades y las naciones». Para lograr el objetivo, informa el documento firmado por el pastor Eric Nsenga, secretario general de Ecc, y el padre Donatien Nshole, secretario general de Cenco, piden «apoyo» al llamamiento que, subrayan, pretende un intercambio de ideas; un «diálogo para encontrar soluciones adecuadas a las causas profundas» de los conflictos armados que sumen a la República Democrática del Congo y a la región en el luto y el derramamiento de sangre; unirse en el respeto a la diversidad «para construir un África fuerte» frente a «los desafíos de la globalización»; instar a los dirigentes africanos a sumarse a la iniciativa «para poner fin al ruido de las armas» y construir alianzas para el desarrollo integral y sostenible, sin caer en la explotación ilícita de los recursos naturales que fomentan los conflictos; y, por último, «pedir a la comunidad internacional que acompañe a los pueblos de África» en la construcción y legado de un continente donde reinen la justicia, la paz y mejores condiciones de vida y medioambientales para las generaciones futuras.
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