Sigilo sacramental y compromiso con la justicia: No están en oposición
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
La Conferencia Episcopal de Costa Rica reafirmó, mediante un comunicado audiovisual, su “compromiso firme y absoluto con la protección de los menores y de las personas vulnerables, así como con la inviolabilidad del sigilo sacramental” este 13 de noviembre.
Bajo un contexto de tensión entre la Iglesia Católica y la Asamblea Legislativa de Costa Rica, a causa de la propuesta legislativa denominada “Ley contra el silencio en delitos sexuales en perjuicio de la niñez y personas con discapacidad. Responsabilidad civil solidaria, deber de denuncia y garantía de cumplimiento de protocolos de investigación”, que propone el quebrantamiento del sigilo sacramental, los obispos de nación centroamericana, hicieron público su rechazo al considerar que “atenta contra la libertad religiosa”.
Así mismo, destacaron su empeño y dedicación en relación a la centralidad de “la protección de los menores y personas vulnerables”, frente a la cual, aseveraron que la Iglesia implementa “medidas rigurosas para prevenir, detectar y responder a situaciones de abuso”; en tal sentido, el episcopado indicó que, entre las acciones que efectúa la Iglesia en favor de la salvaguarda de los menores, se encuentran “protocolos estrictos, programas de formación para el clero y agentes de pastoral, códigos de conducta para todos los que actuamos en ambientes eclesiales”.
La inviolabilidad del secreto de confesión
Con respecto a la obligación sacerdotal de guardar en secreto absoluto la confesión de sus penitentes, el episcopado costarricense admitió que, el sigilo sacramental constituye “una promesa de confidencialidad inviolable que garantiza que cada persona puede acercarse a la reconciliación con Dios con plena confianza”.
En tal sentido, consideró menester resaltar que la confesión puede llevarse a cabo como el primer paso hacia la conversión, a través de un verdadero arrepentimiento y propósito de enmienda, “que, en el camino, puede implicar acciones responsables y reparadoras fuera del confesionario”.
Sin embargo, en el mensaje en video, el episcopado aseveró que “el sacerdote jamás puede revelar lo que escucha en la confesión, ni siquiera en circunstancias de grave peligro, pues está sujeto a la responsabilidad sagrada de proteger la confianza del penitente en la misericordia de Dios”, al tiempo en que reafirmó su compromiso con el respeto del secreto de confesión absoluto y con “la construcción de una cultura de protección y prevención que haga de la Iglesia un lugar seguro para todos”.
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