La archidiócesis de Seúl celebra la Solemnidad de la Asunción
Pope
Tal como informa la , éste es el núcleo del mensaje que el arzobispo de Seúl, Peter Soon-taick Chung, ha enviado a los fieles con motivo de la Solemnidad de la Asunción de la Beata Virgen María y Día de la Independencia de Japón, que tuvo lugar el 15 de agosto de 1945.
En el tradicional mensaje, el arzobispo compartió una larga reflexión en la que se entrelazan temas significativos para la nación y para el discernimiento espiritual, comenzando por la solemnidad de la Asunción de María. Una solemnidad, escribe el prelado, que “encierra una profunda paradoja y una gran verdad:
Inspirados por la fe de María
“Inspirados por la fe de María – continúa el arzobispo de Seúl –examinamos el mundo de hoy. Nuestra sociedad está llena de imágenes engañosas que parecen más auténticas que la propia realidad. Impulsados por un apetito insaciable de posesión y consumo ostentoso, los individuos miden el mundo y sus relaciones a través de la lente de la riqueza material”.
Generosa dedicación de nuestro tiempo a los demás
Pero este “condicionamiento materialista genera dificultad para abrir el corazón y escuchar de verdad a los demás”. “La escucha auténtica – señala el arzobispo Chung Soon-taek – exige silencio. En este silencio reside el descubrimiento de la entrega, una generosa dedicación de nuestro tiempo a los demás”.
El acto sagrado de escuchar
El prelado explicó que la fe de María “está profundamente arraigada en este acto sagrado de escuchar, hasta convertirla en madre espiritual de todos nosotros”.
Camino sinodal
En esta perspectiva, y también con vistas al camino sinodal que toda la Iglesia está emprendiendo en estos meses, los jóvenes desempeñan un papel especial como "protagonistas de este camino" hacia el Cielo: “Imagino a los jóvenes – escribe el arzobispo – siguiendo los pasos de María y convirtiéndose en protagonistas de esta odisea espiritual. Esta visión estimulante, espero, impregnará todos los aspectos de la Jornada Mundial de la Juventud de Seúl 2027, incluida toda su fase preparatoria”.
“A través del acontecimiento histórico de la liberación, Corea del Sur ha sido elevada a la admiración mundial como faro de democracia y cultura, a pesar de las profundas cicatrices de la guerra”, prosigue el prelado, quien, destacando el camino recorrido para alcanzar la independencia y el realizado por la Virgen María para llegar al Cielo, ha interpelado a los fieles diciendo:
“¿Nos hemos liberado realmente de la hostilidad y la división profundamente arraigadas en nosotros? Abrazando esta reflexión, espero que la JMJ de Seúl 2027 se convierta en un auténtico nuevo comienzo de liberación que devuelva la luz, sirviendo de nueva oportunidad para la paz y la unidad”.
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