Iglesias de Tierra Santa: Negociaciones interminables, hay que encontrar una vía para la paz
Pope
No falta mucho para el 7 de octubre, la fecha roja de sangre entre el antes y un nuevo y terrible después para Oriente Medio. Una angustia que durante casi un año ha marcado una tierra donde «millones de refugiados siguen desplazados, sus casas inaccesibles, destruidas o irreparablemente dañadas» y donde «cientos de inocentes son asesinados semanalmente o gravemente heridos por ataques indiscriminados. Otros, innumerables, siguen padeciendo hambre, sed y enfermedades infecciosas». Los patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén intentan, con un llamamiento verdaderamente sincero -hecho público hoy, 26 de agosto-, agitar todo lo que pueda volver a tejer el hilo de unas negociaciones entre Israel y Hamás que, hasta ahora, han sido demasiado delgadas para prever cualquier acuerdo.
Retrasos en las negociaciones
De hecho, escriben los líderes de las comunidades cristianas de Tierra Santa, «las negociaciones para un alto el fuego han continuado interminablemente, con los líderes de las partes beligerantes aparentemente más preocupados por consideraciones políticas que por poner fin a la búsqueda de muerte y destrucción». Retrasos «continuos» que, combinados con «otros actos de provocación, sólo han contribuido a aumentar las tensiones hasta el punto de que estamos al borde de una guerra regional en toda regla».
Liberación de prisioneros, retorno de desplazados
La desescalada, tan reclamada internacionalmente pero nunca iniciada, y la «alarmante evolución» del conflicto, impulsaron, por tanto, a los líderes cristianos de la región, a pedir de nuevo la rápida consecución de «un acuerdo de alto el fuego que ponga fin a la guerra, libere a todos los prisioneros, permita el regreso de las personas desplazadas, atienda a los enfermos y heridos, preste asistencia a quienes padecen hambre y sed, y reconstruya todas las estructuras civiles públicas y privadas destruidas». Y juntos «iniciar sin demora conversaciones diplomáticas para abordar las cuestiones pendientes de larga data entre ellos, dando pasos concretos hacia una paz justa y duradera en nuestra región mediante la adopción de una solución de dos Estados legítima internacionalmente».
Una visión de paz
El llamamiento de los Patriarcas y Jefes de Estado de Tierra Santa también expresa su preocupación por las comunidades cristianas que les han sido confiadas, entre las que se incluyen «quienes se han refugiado en Gaza en la iglesia ortodoxa de San Porfirio y en la iglesia católica de la Sagrada Familia, así como el valiente personal del hospital anglicano de al-Ahli y los pacientes a su cuidado». El llamamiento termina con una petición de cercanía y oración «a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad de todo el mundo para promover una visión de vida y paz en nuestra región devastada por la guerra».
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí