Colombia: Prioridades asumidas por los nuevos directivos
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El informa que el 2 de julio, en la CXVII Asamblea Plenaria, iniciaron las designaciones en cargos de corresponsabilidad por parte del Episcopado de esta nación. Los obispos eligieron a sus nuevos directivos para los próximos tres años (2024-2027). Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, y monseñor Germán Medina Acosta, recién nombrado obispo de la diócesis de Engativá, fueron designados para tal misión en calidad de presidente, vicepresidente y secretario general, respectivamente.
A la luz del Evangelio y con voz profética
Antes de la fase de elecciones los obispos compartieron sus reflexiones del análisis de la realidad nacional realizado el día anterior y lo hicieron por regiones. La síntesis definió que temas como la defensa de la vida, la familia y la educación, serán las líneas prioritarias para la acción de los pastores en Colombia, a la luz del Evangelio y con voz profética.
En la jornada de la mañana, la anterior comunidad de presidencia, liderada por el cardenal Luis José Rueda Aparicio y por monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, presentó a la asamblea el informe de gestión con los principales retos, hechos y logros alcanzados entre el 2021 y lo corrido del 2024.
Tres dimensiones
Dicho informe dio cuenta de tres dimensiones desde la cuales esa presidencia buscó fortalecer el trabajo y la incidencia de la Iglesia colombiana para responder a los desafíos eclesiales y sociales del país, denominadas “Opciones para caminar juntos”: La Iglesia que vive la comunión y la participación; la Iglesia de discípulos misioneros, y la Iglesia misericordiosa.
Gratitud de los nuevos directivos
Tras conocer su designación, los nuevos directivos expresaron gratitud a sus hermanos obispos la confianza depositada en ellos para acompañar y servir a la Iglesia, a cada una de las jurisdicciones de este país y a todo el pueblo de Dios, desde el servicio de liderazgo que presta la comunidad de presidencia a la Conferencia Episcopal. Frente al contexto del país, insistieron en la necesidad de aportar al fortalecimiento de la institucionalidad, así como en buscar caminos de reconciliación, paz y unidad. El presidente electo, monseñor Francisco Múnera, afirmó:
Es un servicio, es una misión y la asumimos confiados totalmente en la Providencia del Señor y también contando con el apoyo, la colaboración, la solidaridad de todo el pueblo de Dios, especialmente de nuestros hermanos obispos
Por su parte, monseñor Gabriel Ángel, ratificó que el análisis de la realidad del país hecho por el episcopado durante esta asamblea da cuenta de la fuerte incertidumbre que vive el país ante signos como los de la polarización y la violencia, pero también, de las potencialidades a partir de las cuales se puede avanzar hacia un país con mayores garantías y posibilidades de desarrollo integral. El arzobispo de Tunja expresó:
También el secretario general electo, monseñor Germán Medina Acosta, enfatizó en la esperanza que debe sembrar la Iglesia en el país. Además, ratificó el compromiso de la nueva presidencia de ofrendar su vida al servicio de la propuesta del Evangelio, especialmente por quienes más sufren en las regiones.
Finalmente el nuevo presidente del episcopado colombiano, envió un contundente mensaje a los diferentes actores gubernamentales y líderes del país:
“Queremos hacerle al país y en modo especial a todos los que tienen la responsabilidad de guiar los destinos de la patria, un llamado a trabajar mancomunadamente por la unión del país, construir un proyecto de nación que tanto bien nos hace, tanta necesidad tenemos de él; que fortalezcamos la institucionalidad y nuestra democracia, que seamos capaces de resolver nuestros conflictos a través de las vías del diálogo, de los consensos, de la conciliación y que, ante todo, conjuntamente, erradiquemos dos grandes males que afligen la patria: la violencia y la corrupción. Y con esos, en esas dos tareas, podemos empeñarnos todos para construir un país más equitativo, más solidario, más fraterno”, concluyó el arzobispo de Cartagena.
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