Romanelli: Gran alegría por regresar a Gaza. Sufrimiento y serenidad entre los fieles
Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano
Después de siete meses de alejamiento, alejado de sus feligreses, agotados por las bombas y la violencia, como todos los habitantes de Gaza. Desde el 7 de octubre de 2023, el padre Gabriel Romanelli no había podido regresar a su parroquia, la iglesia latina de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, el mero hecho de haber pospuesto un día su salida, inicialmente prevista para el 6 de octubre, había bloqueado su regreso, impedido desde el estallido de la guerra. El religioso del Instituto del Verbo Encarnado (Ive) sólo pudo regresar con motivo de la visita del Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, del 16 al 19 de mayo.
La alegría de regresar
En estos meses de guerra, Gaza ha quedado reducida a un montón de escombros, viviendo una catástrofe humanitaria sin precedentes que, cuando no hay heridos, mata, sobre todo niños, por deshidratación y desnutrición. En esta dramática situación, “el Señor dio una enorme bendición”, dice el padre Romanelli a Pope-Radio Vaticana, “el cardenal Pizzaballa logró visitar la parroquia que conoce muy bien, como conoce a las familias. Entró en todas las casas de muchas familias católicas y ortodoxas". Romanelli siente "una gran alegría" por haber podido regresar con la delegación del Patriarca y ahora "estoy en la parroquia y me quedo aquí". Lo acompañaba el padre Carlos Ferrero, de la provincia de Ive y una monja de la misma familia religiosa.
Destrucción y serenidad
En Gaza, la destrucción y el dolor se ven atenuados, en algunos casos, por la tranquilidad de la gente. “La situación es paradójica, hay serenidad en muchos de nuestros feligreses. A pesar del enorme sufrimiento, realmente enorme, ellos todavía están tranquilos y se ponen en manos del Señor. Por supuesto, están muy preocupados por lo que sucederá. Hay quienes están enfermos, hay quienes están heridos, muchos se han ido y algunos piensan en irse, pero muchos, muchos, muchos piensan en quedarse". El párroco, junto con los laicos de la parroquia, harán todo lo posible para ayudar a los que quedan: hasta la fecha, en el perímetro se encuentran todavía 500 refugiados cristianos y los niños de la Madre Teresa y la ayuda no se limita a ellos, sino que también se extiende a los vecinos musulmanes.
La cercanía de Francisco
El compromiso se ve recompensado por la continua cercanía del Papa: “El Santo Padre – continúa Romanelli – nos llama cada día para darnos palabras de consuelo y su bendición, nos pide que protejamos a los niños y nos anima siempre a seguir adelante”. La invocación del padre Romanelli, que pide oraciones, es para que “la paz reine sobre Palestina, sobre Israel y que el Señor conceda, aunque parezca imposible, el necesario alto el fuego como primer paso hacia la justicia y la paz” para que se pueda alcanzar la ayuda humanitaria, a la liberación de todos los privados de libertad, a los rehenes, y a la posibilidad de atender a miles, miles de heridos”.
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