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El Patriarca Pierbattista Pizzaballa reza en la gruta de la Anunciación que se encuentra en la Basílica de la Custodia de Tierra Santa en Nazaret El Patriarca Pierbattista Pizzaballa reza en la gruta de la Anunciación que se encuentra en la Basílica de la Custodia de Tierra Santa en Nazaret 

La Anunciación en Nazaret: El “sí” de María, ejemplo de su confianza ilimitada en Dios

La comunidad de los frailes franciscanos se reunió en la basílica de la Anunciación de Nazaret, para la celebración de la solemnidad, ayer, presidida por el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa: “Con la Pascua – continuó – Jesús completará la obra iniciada con el “sí” de Marìa.

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En la solemnidad de la Anunciación del Señor, este año celebrada el 7 y 8 de abril, la comunidad de los frailes franciscanos con gran participación de cristianos locales, religiosos, religiosas y peregrinos se reunieron en la Basílica de la Anunciación de Nazaret, donde se conservan el lugar y la memoria del encuentro entre el Arcángel Gabriel y la Virgen María (Lc 1, 26-38) y de la Encarnación del Verbo, para la Santa Misa presidida por el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa.

El Patriarca – explica la nota publicada en el portal de la Custodia de Tierra Santa - fue recibido en primer lugar en los locales parroquiales de St. Anthony por los scouts y las comunidades de las iglesias cristianas locales, y por fray Ibrahim Sabbagh, párroco de Nazaret y sus consejeros. A continuación, el largo cortejo se dirigió a la basílica, donde el Patriarca, su vicario monseñor Rafic Nahra, monseñor Adolfo Tito Yllana, nuncio apostólico en Israel y una delegación del Patriarcado Latino compuesta por varios seminaristas y algunos sacerdotes, fueron recibidos por una delegación de franciscanos encabezada por fray Wojciech Bołoz, guardián y rector de la basílica de la Anunciación y santuario de la Sagrada Familia de Nazaret.

El Patriarca Latino de Jerusalén presidió la Santa Misa en la Solemnidad de la Anunciación del Señor en Nazaret
El Patriarca Latino de Jerusalén presidió la Santa Misa en la Solemnidad de la Anunciación del Señor en Nazaret

María: un “sí” a la fe y a la confianza

Durante la misa solemne, adelantada al domingo para facilitar la participación de los fieles locales, el Patriarca recordó que este año la fiesta de la Anunciación se celebra precisamente el día litúrgico de la Octava de Pascua: ¡En el mismo día – subrayó el cardenal Pizzaballa – se unen dos hechos principales de la historia de la salvación, la encarnación y la resurrección!

«Con la Pascua – continuó – Jesús completará la obra iniciada con el “sí” de María: un “sí” a la fe y a la confianza incluso en lo que parece humanamente imposible, un “sí” a la escucha, a pesar de la turbación, un “sí” a la vida. Son pautas importantes para la vida, sobre todo, en esta época en que la confianza es una de las principales víctimas de esta guerra. María nos enseña a decir “sí” con una confianza ilimitada en lo que está por venir, porque confía en Dios”.

Al final de la celebración, fray Wojciech subrayó que “sin la Encarnación no hay Resurrección”, pues  las dos fiestas están unidas en el Misterio de Cristo: “la historia de la salvación, que termina en el sepulcro vacío, comienza precisamente aquí. Y recordemos las palabras de Jesús resucitado que dice a los apóstoles “¡Volved a Galilea! ¡Allí me encontraréis!: significa volver a los orígenes, recomenzar desde el inicio, y significa también volver aquí, y desde aquí recorrer la historia de la salvación, para comprenderla cada vez mejor”.

El cardenal Pizzaballa fue invitado por los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa en Nazaret a presidir la solemnidad de la Anunciación
El cardenal Pizzaballa fue invitado por los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa en Nazaret a presidir la solemnidad de la Anunciación

Donde el Verbo se hizo carne

La basílica de la Anunciación en Nazaret, donde le Verbo se hizo carne, nace de todos los testimonios judeocristianos, los relatos evangélicos, las excavaciones arqueológicas y la tradición que la ubican, en esta localidad árabe-israelí. Allí hoy se encuentra la basílica de la Custodia de Tierra Santa que alberga la gruta de la Anunciación, testimonio visible del “sí” de María, que permitió que el Verbo se encarnara. La inscripción “Verbum caro factum est” (el Verbo se hizo carne) está grabada en la fachada de la iglesia superior y en el altar dentro de la gruta, corazón del santuario.

La actual basílica, construida en los años 1960 y consagrada el 25 de marzo de 1969, está formada por dos iglesias superpuestas: la iglesia superior y la inferior. La primera, dedicada a la Virgen María, custodia el gran mosaico del ábside que representa a la “Iglesia, una, santa, católica y apostólica”, y pinturas y frescos muestran las diferentes representaciones de la Virgen en diferentes países del mundo. La iglesia inferior, en cambio, alberga la gruta de la Anunciación en la que, según la tradición, la Sagrada Familia vivió durante mucho tiempo hasta los años en que Jesús se alejó de ellos para empezar su labor de evangelización. El complejo exterior de la basílica está rodeado por un largo pórtico que contiene una serie de paneles con representaciones nacionales de la Virgen María.

Vista de la Basílica de la Custodia de Tierra Santa que alberga la gruta de la Anunciación del Señor
Vista de la Basílica de la Custodia de Tierra Santa que alberga la gruta de la Anunciación del Señor

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09 abril 2024, 15:53