Obispos de Ecuador: Sanar la sociedad herida por la indiferencia y la violencia
Pope
¡°Podemos tener las estructuras más sabias y justas, pero si el corazón está enfermo, de poco o nada nos servirán. El cambio de estructuras comienza en el corazón¡±. La celebración, el pasado 25 de marzo, de los 150 años de la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, inspira el (CEE), al final de su Asamblea Plenaria, realizada del 8 al 12 de abril, en el Centro de formación Betania, en Quito. Esa imagen histórica del Corazón abierto y traspasado de Jesús Resucitado, motiva la exhortación de los obispos a sanar el mundo con un cambio en los corazones, pues ¡°la violencia de la crucifixión no fue sanada con más violencia sino con la cercanía de Dios especialmente a los más pobres y vulnerables¡±.
¡°En el Ecuador de hoy ¨C se lee en el mensaje - como hijos de un único Padre estamos llamados a sanar un contexto familiar y social herido por la indiferencia de los ¡®buenos¡¯, por la crueldad de los violentos, por la pobreza de las mayorías, por la corrupción presente en todos los niveles de nuestra sociedad y por la contaminación y destrucción de nuestra Casa Común¡±.
En este contexto, el episcopado rechaza el continuo enfrentamiento de los líderes sociales y políticos ¡°como enemigos¡±, la manipulación de las leyes ¡°para garantizar la impunidad de quienes vendieron su alma al mejor postor¡±; ignorando las consecuencias sobre la sociedad y, en especial, sobre el futuro de los niños y jóvenes; y haciendo pasar como normal que se debería rechazar, ¡°quitándonos la esperanza y sembrando caos y muerte¡±, advierten los obispos.
La conversión del corazón
¡°Las heridas de este mundo solo se sanarán con acciones concretas¡±, aseguran los obispos ecuatorianos, poniendo en práctica y anunciando el Evangelio del perdón y de la paz, compartiendo los bienes, invirtiendo en educación, en calidad de vida, trabajo y salud integral.
¡°Las acciones para sanar el mundo exigen cambios urgentes y profundos de estructuras políticas, económicas y jurídicas. Sin embargo, éstas no son suficientes; pues, muchas veces, los cambios no van a las causas de los males ni prevén sus consecuencias. Podemos tener las estructuras más sabias y justas, pero si el corazón está enfermo, de poco o nada nos servirán. El cambio de estructuras comienza en el corazón¡±, afirman.
Teniendo en cuenta, que el corazón es el centro y la fuente de los pensamientos, sentimientos, sueños, decisiones y acciones, sean buenos o malos, los obispos insisten en que es allí donde se juegan la salvación y la perdición, el cielo y el infierno.
La sanación de las heridas del mundo
¡°La sanación de las heridas del mundo, por consiguiente, solo es posible si cambiamos el corazón del ser humano y las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales. Este es un deber y una tarea para todos los que somos aún capaces de maravillarnos con la belleza de nuestros paisajes, la riqueza biodiversa de nuestros ríos y bosques, de dar gracias a Dios por este pueblo resiliente, amante de la paz, y profundamente religioso¡±, concluye el mensaje de la CEE.
Una oración y una invitación
Con una Oración por la Patria, los obispos concluyen su mensaje en el que no faltó una invitación a la fraternidad, tema del 53º Congreso Eucarístico Internacional y que se celebrará de 8 al 15 de septiembre, en Quito, Ecuador
¡°Solo la fraternidad puede sanar el mundo, una fraternidad universal que rompe todo muro de odio y división, y que alcanza a la Creación entera¡±.
Gracias por haber le¨ªdo este art¨ªculo. Si desea mantenerse actualizado, suscr¨ªbase al bolet¨ªn pulsando aqu¨ª