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Felipe Herrera-Espaliat, desde Santiago de Chile

Recordando el mensaje que el Papa Francisco dirigió al pueblo chileno en enero de 2018, los obispos del país reaccionaron con dolor y conmoción al asesinato de tres carabineros que, el sábado 27 de abril, fueron emboscados en una ruta automovilística, para luego ser baleados y quemados. Ante la brutalidad del crimen ocurrido cerca de la ciudad de Cañete, en la Región del Biobío, la presidencia de la Conferencia Episcopal de Chile difundió una llamando a la paz en el país. “Hacemos nuestras las palabras que el Papa Francisco nos dejara hace unos años en Temuco, cuando nos llamó a la unidad en la diversidad, ‘que no puede construirse sobre la base de la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas’, porque lo único que esto despierta es mayor violencia y división, generando una espiral de dolor sin sentido”, expresaron los pastores.

El atentado terrorista ocurrió en la provincia de Arauco, sector donde se despliega una amplia actividad forestal, al tiempo que grupos radicalizados, atribuyéndose la representación de las reivindicaciones del pueblo mapuche, exigen la devolución de sus tierras ancestrales. La tensión se arrastra desde hace décadas, y la violencia armada, marcada por atentados incendiarios de grupos de crimen organizado, ha escalado a tal nivel que los últimos dos años dicha área ha estado bajo un estado de excepción constitucional. Esto ha implicado, entre otras medidas, el aumento de la presencia de personal policial y la colaboración de las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad de los habitantes. 

Esas labores de resguardo y protección de los ciudadanos estaban cumpliendo el Sargento 1° Carlos Cisterna Navarro, y los Cabos 1° Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid cuando fueron atacados hacia la una de la mañana. Por eso las condolencias de los obispos, junto con dirigirse a las familias de los difuntos, fueron también para al Cuerpo de Carabineros de Chile, institución que al momento del atentado conmemoraba su 97º aniversario de fundación.

En su mensaje, los prelados también formularon un “imperioso llamado a las autoridades y servidores públicos a buscar los acuerdos y medidas que favorezcan el bien común de la nación y la lucha contra el crimen que cobra vidas inocentes y hace tanto daño a la comunidad nacional”, y pidieron al pueblo fiel ser instrumentos de paz y misericordia.

Esta declaración, que concluye pidiendo la intercesión de la Virgen del Carmen, fue firmada por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor René Rebolledo, obispo de La Serena, y por el Secretario General, monseñor Sergio Pérez de Arce Arriagada, sscc, obispo de Chillán.

Conmoción en todo el país

Los medios de comunicación de Chile se han hecho eco de la conmoción que ha causado este mortal atentado, transmitiendo las reacciones del gobierno, de los diversos sectores políticos y de los ciudadanos que, a lo largo del territorio, han manifestado espontáneamente su desazón por la violencia, su deseo de paz y su apoyo a Carabineros de Chile.

También de modo particular el Obispo Castrense, monseñor Pedro Ossandón, bajo cuya cura pastoral están las Fuerzas Armadas y de Orden, expresó su solidaridad con las familias y la institución. “Jesucristo, quien ofreció su vida en la cruz para vencer al odio, la violencia y la muerte, reciba en la Gloria eterna del amor de Dios a nuestros camaradas, a quienes jamás olvidaremos y por los que siempre renovaremos nuestro servicio a la Patria”, declaró por medio de un dirigido al General Director de Carabineros, Ricardo Yáñez. 

El Arzobispo de Santiago, monseñor Fernando Chomali, quien hasta hace pocos meses fuese obispo del lugar donde ocurrieron los fatídicos hechos, que “la falta de respeto por la vida humana, el odio y la violencia deben ser erradicados de nuestro país. Debemos esforzarnos para que siempre prevalezca el amor y la fraternidad”.

En diversas ciudades y catedrales de Chile continuará durante los próximos días la celebración de acciones litúrgicas para orar por los Carabineros caídos, así como para implorar a Dios por la paz y la fraternidad en el país.