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Un guardián como San José, cuyo nombre llevaba y en el día de cuya memoria fue asesinado: así comienza la carta enviada por el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), el cardenal Matteo Maria Zuppi, al obispo de Aversa, monseñor Angelo Spinillo, en el 30 aniversario de la muerte de don Peppe Diana, el párroco de Casal di Principe asesinado por la Camorra cuando se disponía a celebrar la misa, que se cumple hoy, 19 de marzo.

"Un hombre de Dios, un testigo sencillo y valiente, apasionado de su Señor y por ello inflexible", le recordó el cardenal, destacando cómo el suyo fue un testimonio inequívoco, una "luz en la oscuridad de una violencia que no sólo es cobarde, que arma manos y corazones y crece en la indiferencia".

Una semilla que sigue dando frutos

El cardenal Zuppi señaló a don Diana como ejemplo de siervo de Dios cuyo sacrificio "es la semilla que sigue dando fruto: amor por los pobres, atención a los frágiles, justicia en los comportamientos, honestidad que no acepta el oportunismo, hacer el mundo mejor de como lo encontramos, como recordaba la ley scout que él amaba".

Para concluir, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana agradeció al obispo de Aversa el recuerdo que su Iglesia tiene de él, asegurándole la cercanía de toda la Iglesia italiana: "Nada puede separarnos del amor de Cristo. El mal asesina el cuerpo, pero no el amor".