Monseñor Yao Shun: El acuerdo China-Santa Sede ayuda a la pastoral
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"Ha sido un gran honor para mí participar en este importante encuentro. Junto con el obispo Joseph Yang, hemos acudido para representar a la Iglesia en China. También estoy muy agradecido por la invitación del Papa. He acudido al Sínodo con muchas expectativas". Monseñor Antonio Yao Shun, de 58 años, el primer obispo ordenado tras el Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y China en septiembre de 2018, comienza su hablando del Sínodo de octubre, donde llevó junto a otro prelado la realidad de la Iglesia en su país, encontrando -dice- "interés " de saber más por parte de los demás participantes en la asamblea.
El Acuerdo Santa Sede-China mejora las relaciones
Sobre el documento que hace cinco años inauguró una nueva temporada en las relaciones entre el Vaticano y Pekín, monseñor Yao Shun -que dirige la diócesis de Jining/Wumeng, en la Región Autónoma de Mongolia Interior- habla de la "opinión predominante" según la cual el Acuerdo Provisional se considera "muy significativo e importante" porque, explica, "abre el camino para promover la integración y la unidad entre la Iglesia en China y la Iglesia universal, y facilita la labor pastoral y el anuncio del Evangelio de la Iglesia en China", además de contribuir a mejorar las relaciones entre China y la Santa Sede.
La Iglesia ofrece consuelo
Monseñor Yao señala también que la primera misión a la que están llamados los católicos chinos es "mostrar la misericordia y el amor de Dios a todos los demás chinos. Nos importan mucho las necesidades de la sociedad, especialmente las de los pobres y los que sufren, e intentamos ayudarles de todas las maneras posibles", asegura, añadiendo que "existe un cierto número de jóvenes y adultos que piden el bautismo y lo reciben" atraídos por "el buen ejemplo que dan los feligreses y la actitud cariñosa, alentadora y reconfortante de la Iglesia local hacia ellos".
Monseñor Yang Yongqiang: que la Iglesia en China haga siempre el bien
En la misma línea se expresó el otro obispo chino presente en Roma en octubre, agradecido al Papa por haber tenido durante el Sínodo "la oportunidad de compartir mi camino de fe mientras escuchaba el de los demás". También monseñor Joseph Yang Yongqiang, de 53 años, obispo de Zhoucun, en la provincia china de Shandong, recordando en particular los pasajes de su vida como cristiano y luego como sacerdote, con sus primeros compromisos pastorales en algunos pueblos. "El trabajo pastoral en la parroquia me gustó mucho, así como el trabajo en el seminario", señaló, "así que me dediqué a tiempo completo a las obras católicas en la provincia. He afrontado muchos problemas y desafíos llevando siempre al Señor en mi corazón, por lo que la alegría siempre me ha acompañado". Su último deseo es que "la Iglesia en China y la Iglesia universal progresen juntas en Jesucristo, dando gloria al Señor y haciendo el bien a la gente".
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