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Olivier Bonnel – Ciudad del Vaticano

Debemos lograr una paz duradera, justa y fuerte en el Medio Oriente; israelíes y palestinos deben concordar para poner fin a la muerte de inocentes; necesitamos llegar a una solución de dos pueblos y dos Estados. Es cuanto afirma el padre Ibrahim Faltas, Vicario de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén, actualmente en Roma, quien se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano inmediatamente después de la audiencia de este miércoles, 22 de noviembre, junto con el grupo de familiares de palestinos de Gaza, cristianos y musulmanes. El padre Faltas entregó al Papa una carta del presidente palestino Mahmūd Abbās y habló sobre la situación en Tierra Santa.

¿Qué se debe hacer, en su opinión, para encontrar la manera de dialogar y detener las armas?

El Papa, y sólo él, siempre ha hecho llamamientos y siempre ha dicho que se detenga esta guerra. Y digo que este es un buen momento para hacer la paz entre palestinos e israelíes, que la comunidad internacional debe trabajar ahora porque este es el momento verdaderamente oportuno. Han pasado más de 70 años, no siempre podemos volver a una situación de guerra, volver a la muerte de personas inocentes, al odio y a la violencia. Basta de venganza, basta de todo esto, necesitamos lograr una paz justa, fuerte y duradera. Ha llegado el momento de decir basta de todo lo que sucede. Los muertos de estos 45 días de guerra son miles, podrían llegar incluso a 15 mil, y luego están los numerosos heridos de los que no se habla, están las personas bajo los escombros de las casas que han sido destruidas. La situación en Gaza es terrible, pero también lo es en Belén, en Jerusalén, en Tel Aviv, en todas partes. Nadie ganó, nadie, esta es una guerra perdida y nadie puede decir: ganamos. ¿Qué se ha ganado? Quienes pagaron las consecuencias de esta guerra son los niños, las mujeres, los discapacitados y los ancianos.

¿Cuál es la situación de los cristianos que viven en Gaza?

Quedan pocos cristianos, hay 700 personas en el convento de los Latinos y unas cuantas también en el convento de los Griegos y se han quedado sin casa, sin nada, ¿y qué harán? El problema será después de la guerra, porque estas personas se quedaron sin hogar. Se pueden imaginar que sin hogar no tienen nada, lo han perdido todo. Todos los cristianos que están ahora en el convento, y se pueden imaginar que son 700 personas, comen, duermen, hacen de todo allí. ¡Una iglesia, un convento, con 700 personas, es algo increíble! Todos perdieron a sus seres queridos, algunos incluso llego a perder a 30 personas. Realmente te hace llorar escuchar la historia de estas personas. Ellos no tienen la culpa, no hicieron nada.

¿Y cuál podría ser hoy la voz de los cristianos en Tierra Santa? Como usted ha dicho, hay muy pocos, especialmente en Gaza, pero en Jerusalén está la Custodia...

Estamos preocupados por la presencia cristiana, porque los cristianos trabajan en el sector turístico y el turismo ahora está bloqueado, la gente se queda sin trabajo y cuando estás sin trabajo lo primero que haces es salir corriendo, irte. Y son muy pocos los que quedaron, tanto en Jerusalén y Belén, como en Gaza. Nuestra preocupación es que todos se vayan, que no sigan siendo cristianos y, por tanto, el futuro sigue siendo oscuro. Si les preguntas cuál será el futuro, responden: “No tenemos futuro”. Lo han perdido todo y ahora todos los cristianos de Gaza están ansiosos por escapar.

Usted entregó al Santo Padre una carta del presidente palestino, ¿qué significado tiene?

Esta carta es una carta privada del presidente al Papa en la que ciertamente habla de la situación que estamos viviendo. Son amigos, el Santo Padre y el presidente, se estiman, se hablan y se escriben.

¿Podría ser el camino la solución de dos Estados que vivan en paz?

¡Cierto! No hay otra solución, todo el mundo lleva 70 años hablando de esto, pero hay que ponerlo en práctica. Debe haber una fecha en la que habrá un Estado palestino que todos deben reconocer, así terminará el problema.