ҽ

Entrega del Premio Bresson 023 de la Fundación Ente del Espectáculo en el Festival de Venecia. El cardenal Tolentino de Mendonca (segundo desde la izquierda) lo entrega al director Mario Martone (tercero desde la izquierda). Entrega del Premio Bresson 023 de la Fundación Ente del Espectáculo en el Festival de Venecia. El cardenal Tolentino de Mendonca (segundo desde la izquierda) lo entrega al director Mario Martone (tercero desde la izquierda).  

De Mendonça: Martone llena de poesía los vacíos de la existencia

El Premio Bresson se entregó este jueves en la 80ª edición del Festival de Venecia, en el Espacio Cinematógrafo de la Fundación Ente del Espectáculo. El cardenal Jose' Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio de Cultura y Educación, entregó el premio al director napolitano de "El amor molesto", "El joven fabuloso" y "Nostalgia".

Alessandro Di Bussolo - Enviado al Lido de Venecia

El cine de Mario Martone, el director napolitano que recibió este 7 de septiembre el Premio Robert Bresson 2023 en el Festival de Venecia, habla de "los vacíos de la existencia", pero "sabe llenarlos con la ayuda de la poesía, la inteligencia de la ironía, la elasticidad del juicio". En el tablero de la Historia vislumbra al timonel desconocido que devuelve la insostenible aleatoriedad de las cosas a la invisible ruta". Así se refirió el Cardenal Josè Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, a la obra del autor de películas como Muerte de un matemático napolitano, El amor molesto, Nosotros creíamos, El joven fabuloso y Nostalgia, antes de entregarle el Premio de la Fundación Ente del Espectáculo, en su 24ª edición. Un galardón, que cuenta con el patrocinio del Dicasterio presidido por el Cardenal portugués y del Dicasterio para la Comunicación, asignado "al director que ha dado un testimonio, significativo por sinceridad e intensidad, del difícil camino en busca del sentido espiritual de nuestra vida".

Tras trágicos sucesos, la grandeza de la solidaridad humana

De Mendonça, por primera vez en el festival veneciano en el papel de prefecto, subraya que en las películas del director de 67 años, que ha dirigido los teatros estables de Roma y Turín, y creó el Teatro India de Roma en 1999, los sucesos trágicos, "como los del matemático suicida (en Muerte de un matemático napolitano), se revelan dignos, experimentos de vivir en plenitud siempre válidos aunque falaces, porque se miden con la medida desmesurada del sentimiento de solidaridad humana". Sus obras, para el cardenal, sobre todo las de su madurez, "son a menudo sofisticados dispositivos de montaje que nos devuelven el sentido de una totalidad", porque resuelven "dentro de su propia parábola narrativa las incongruencias, las distonías, las irresoluciones de la vida sin anularlas".

La intervención del cardenal Jose' Tolentino de Mendonça
La intervención del cardenal Jose' Tolentino de Mendonça

De Mendonça: Martone maestro de cine y humanidad

Y en su discurso, que sorprendió, emocionó y conmovió al premiado director, Tolentino de Mendonça evocó algunas escenas, como el final de El joven fabuloso, cuando la cámara "se fija en los ojos llenos de lágrimas de Leopardi, finalmente el cine y la poesía -ese mirar que pone en movimiento y ese nombrar que crea- se funden de manera admirable". Reconocemos, explica el cardenal, "en Leopardi a uno de nosotros, ahora que Leopardi reconoce -en La ginestra, su final de partido- que es uno con nosotros". Todo se ha cumplido, el gran escéptico redescubre la flor y la fragancia de la solidaridad humana en la conciencia de un destino común e infeliz'. Porque la tensión narrada en la obra de Martone "no está congelada. Es deslizamiento, hibridación, metamorfosis". La clave de su obra es "un continuo traspasar entre las formas del cine y las del teatro e incluso la ópera". Así lo relata a Pope el cardenal Josè Tolentino:

Martone también participó en el encuentro del Papa con los artistas en la Capilla Sixtina, el 23 de junio, donde Francisco definió al artista, y por tanto también al director, como un niño que se mueve en el espacio de la invención de la creación, pero que también debe saber captar la armonía de las diferencias en el artista...

En su discurso, el Papa identificó dos dimensiones: la del niño, inocencia y apertura de mirada, capacidad de asombro, escuela de estupor, y al mismo tiempo la capacidad de interpretar el mundo y reproponerlo en una clave más humana, más justa, teniendo la capacidad de resignificar, de imaginar de nuevo el mundo con nuevas posibilidades. En este sentido las artes, el cine en particular, nos ofrece tanto porque nos hace acercarnos a la vida con una lupa que nos ayuda a tener una mayor conciencia de nosotros mismos, de los demás, y al mismo tiempo es una especie de motor de búsqueda no sólo de lo visible sino también de lo invisible.

Entre las motivaciones para conceder el Premio Bresson a Martone, leemos que su trayectoria está marcada por un diálogo entre mundos, como ocurre también en Nostalgia...

Sí, Martone es un gran maestro del cine contemporáneo, pero también de la humanidad. En los diferentes momentos de su importante trayectoria, vemos realmente esta atención fiel a lo humano, incluso mirando los fracasos, los lugares sin respuesta, el enigma que no se puede resolver, pero que también hablan de la grandeza y la belleza de una vida, de una historia. Su mirada nunca es una mirada cerrada, sino que se centra en lo humano, en sus detalles existenciales, históricos, como una pregunta que permanece abierta.

Milani: buscar en muchas culturas la medida de la vida humana

Antes de la entrega del premio, el presidente de la Fundación Ente del Espectáculo, monseñor Davide Milani, leyó las motivaciones del premio, que definían a Mario Martone como un "autor culto y polifacético, que no puede ser encasillado en los esquemas tradicionales de la crítica italiana". Su obra "se caracteriza por la heterogeneidad de temas y materiales -teatro, ópera, historia, literatura- y por la singularidad de un camino consagrado a la apertura continua, al diálogo y a la búsqueda de acuerdos". Un precioso testimonio "de cine impuro, dilatado, consagrado por índole y por nacimiento (la naturaleza napolitana) a la acogida". Su cine busca en la tradición 'del arte y en el conocimiento de las múltiples culturas que lo habitan una medida de vida y sentimiento humanos. Un esfuerzo fascinante, audaz, impulsado por una fe inquebrantable en el gesto total del director. Una mirada distante, más allá del umbral del campo y fuera de la pantalla, dispuesta a aprovechar el instante inesperado y revelador".

El director Mario Martone
El director Mario Martone

Martone: el diálogo propuesto por el Papa es lo único que tenemos

Antes de recibir el Premio Bresson, Mario Martone tomó la palabra y confesó su "emoción inesperada" ante las palabras del cardenal sobre su obra, "que me cogieron por sorpresa". Es, explica, "un premio que plantea interrogantes, a una persona como yo, alejada del mundo católico. Pero me alegro de este diálogo y de esta apertura, que es tan importante". Hoy es lo único que tenemos entre manos, añade, antes de dedicar el premio a la memoria de Giovanbattista Cutolo, el joven músico asesinado en Nápoles tras una discusión por una plaza de aparcamiento. "No tiene nada que ver con mi 'Nostalgia', pero ahí también hay una orquesta de músicos" para la redención social. Nápoles cuenta en mis películas, concluye, "porque desde niño he visto la combinación de dolor y alegría, violencia y esperanza, y no sabes cómo salir de ella, salvo a través de la relación y el diálogo, lo que hizo Don Antonio Loffredo en Rione Sanità". Nos encontramos con el director al final de la ceremonia de entrega de premios.

¿Qué valor tiene este premio para su carrera como cineasta? Ha dicho que le alegra que se considere el aspecto espiritual de su obra...

Tengo en muy alta estima este premio tan prestigioso, por las razones por las que se otorga. La idea de que en mi obra hay también una búsqueda humana, espiritual, es algo que me plantea claramente interrogantes. Y hoy el cardenal Tolentino ha dicho algunas cosas sobre mi trabajo que realmente me han impresionado. Se lo agradezco mucho. No sé si estoy a la altura de las cosas que ha dicho, pero la idea misma de que se pueda estimular un diálogo de este tipo me parece muy importante.

Dijo que incluso en su querido Leopardi, aunque ateo, el espíritu impregna todo lo que escribe...

¡Claro! Es lo que pasa hoy con el Papa Francisco, que es una figura muy importante para cualquiera, no sólo para los que son católicos, para los que tienen el don de la fe. Lo importante es este sentido profundamente cristiano de la ruptura de las fronteras, de los muros, de las vallas, es decir, esta posibilidad de encuentro entre personas diferentes, la acogida de las fragilidades y de todo lo que favorece el encuentro. Creo que en este momento el Papa Francisco es una gran figura de referencia para cualquiera, incluso en ámbitos completamente distintos al suyo. Es la única persona en el mundo en este momento que puede reunir a diferentes personas que desearían un mundo diferente del que se está formando a nuestro alrededor.

¿Cuál es su relación con Bresson, con su cine? Ha dicho que le ayudó a idear su primer largometraje, "Morte di un matematico napoletano". ¿En qué sentido?

Cada vez que haces una película hay una constelación de otras películas de referencia, que te protegen, películas hermanas. Una de ellas fue probablemente “Il diavolo" de Bresson, que tenía temas y también una manera de contarlos a la que quería acercarme al hacer mi primera. Y, por supuesto, investigar sobre las preguntas que el cine de Bresson planteaba a quienes veían sus películas.

Ruffini: en sus películas diálogo con el presente y con la historia

Antes de la ceremonia de entrega, el Prefecto del Dicastero per la Comunicazione, Paolo Ruffini, intervino también para saludar, subrayando la importancia que tiene para el Dicastero este premio, entregado en un "lugar de encuentro para las personas, un lugar estratégico" como es el Espacio Cinematógrafo de la Feds, en el Hotel Excelsior del Lido de Venecia. He aquí sus palabras al final de la ceremonia.

El Premio Bresson recae en un director italiano y napolitano que también participó en el encuentro del Papa con los artistas en la Capilla Sixtina el 23 de junio. ¿Qué forma de comunicación es la del artista, a quien el Papa describió como un niño que se mueve en el espacio de la invención y la creación, pero que también debe saber captar la armonía de las diferencias?

Los artistas a veces saben ver más lejos, por ejemplo que nosotros los periodistas, mi anterior trabajo antes de ser prefecto del Dicasterio de la Comunicación. Creo que pueden ver cosas que quizás todavía no son. Y también algunas cosas en profundidad, intuirlas o contarlas con sus ojos, donde el arte consigue unir cosas que están divididas. Donde quizá sólo vemos división, como primer impacto, el arte consigue ver unidad o, a la inversa, consigue ver los síntomas de algo que se está desintegrando antes de que se desintegre. Así que el arte es en cierto modo profético, conduce de nuevo a la unidad. Y el cine tiene esta particularidad precisamente en su arte. Porque si lo pensamos bien, el cine reúne muchas artes: música, montaje, dirección, guión, escenografía. En este sentido, creo que este premio a Mario Martone testimonia de alguna manera una mirada no convencional, una mirada que sabe reconectar la memoria, una mirada que sabe mirar más allá.

Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación
Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación

En las motivaciones del premio leemos el camino del diálogo entre mundos, incluso en la búsqueda del acuerdo. ¿Comparte?

En sus películas conviven el diálogo en el presente y el diálogo con la historia, la capacidad de leer la historia dialogando con la historia y la capacidad de leer los hechos escuchando y dialogando. Esta es una de las características de Mario Martone, y es una de las cosas que el Premio ha querido subrayar.

La entrega del Premio, tras los saludos del Director del Festival de Venecia, Alberto Barbera, y del Presidente de la Bienal de Venecia, Roberto Cicutto, estuvo precedida por la presentación del libro "De manos humanas. Hisstorias del Premio Robert bresson", de Antonio Capocasale, editado por Feds. El redactor jefe de la Revista del Cinematógrafo Gianluca Arnone habló con el autor, recordando el primer premio, en 2000, a Giuseppe Tornatore, también bajo el patrocinio de dos consejos pontificios y luego dicasterios de la Santa Sede, el de la cultura y el de la comunicación. Capocasale explicó que el título se inspiraba en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles en el que San Pablo habla a los griegos del Dios desconocido, que no habita en templos construidos "por manos humanas". "El hilo rojo que une a los directores premiados -subrayó- es el de su capacidad para abordar con manos humanas una búsqueda de sentido, pero también de espiritualidad. Han hecho del cine un lugar de cuestionamiento de lo humano". Por último, para Arnone, "todos ellos tienen una profunda fe en la imagen, que quizás hoy falta, y no es fácil recuperarla".

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

08 septiembre 2023, 12:02