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La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) concluyó su XIV Asamblea General del 12 al 15 de agosto en Segovia, España, bajo el lema: “Tendiendo puentes, derribando muros”, con la participación de cerca de 800 personas, entre miembros, acompañantes e invitados. En sus conclusiones, expresaron la importancia de tejer vínculos de fraternidad, poniendo al centro la dignidad de la persona

expresaron el agradecimiento al Papa Francisco por su mensaje enviado el domingo, en el que anima a la HOAC a seguir siendo pueblo de Dios en medio de la vida obrera y continuar tejiendo historias de encarnación y abrazo.

“Ser iglesia que acompaña desde las periferias estando cerca de las personas que sufren la precariedad laboral y la falta de oportunidades. Porque el trabajo no es una simple actividad productiva, sino un medio a través del cual colaboramos con Dios en la obra de la creación y nos realizamos como seres humanos”, se lee en el texto citando el mensaje del Papa.

En la Asamblea, participaron obispos de distintas diócesis españolas, entre ellos, el de la diócesis de Bilbao, de León, el vicario general de Segovia, el director del Departamento de Pastoral del Trabajo y el director de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social de la CEE, entre otros. Los participantes en la asamblea recibieron palabras de aliento del presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Barcelona, el cardenal D. Juan José Omella.

Conclusiones

En sus conclusiones, al final de la Asamblea, expresaron su deseo de seguir creciendo en su identidad de “discípulos misioneros, apóstoles de Jesucristo en el mundo Obrero, desde la vivencia de la espiritualidad y la mística cristiana”, y avanzar en el “compromiso personal y comunitario de la HOAC, para ser cristianos en el mundo obrero” y acompañar los procesos que permitan la liberación de la clase trabajadora. Como comunidad cristiana, desean transmitir un mensaje eclesial renovador y comprometido en la sociedad actual, desde el mundo obrero y del trabajo.

Problemáticas actuales del mundo obrero

Ante un mundo que presenta un modelo económico y cultural que descarta el ser humano e idolatra el dinero, “devastando las relaciones sociales y la tierra”. Ante las crecientes desigualdades económicas, sociales, ambientales que crean un mecanismo de “empobrecimiento y exclusión del mundo obrero y constituyen el reto más importante que tienen nuestras sociedades”, creando una mayor desvinculación social que debilita la democracia, los miembros de la HOAC se sienten “interpelados por la realidad y el clamor de las personas empobrecidas del mundo obrero”, que les plantean retos en su misión evangelizadora. 

Apoyándose en la Laudato si’, la HOAC desea enfrentar este sistema “inhumano y deshumanizador, afrontar las causas estructurales de la desigualdad y empobrecimiento”, y considerar que “el medioambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos” (LS 95).

La Hermandad manifiesta su preocupación hacia las personas más débiles, considera la necesidad de ser “samaritanos colectivos” de los trabajadores migrantes, ante su situación de vulnerabilidad y sufrimiento y buscar soluciones justas. Defender una política para la fraternidad, porque es “la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común”. Continuar generando procesos de liberación de la mujer y del hombre que rompan con los roles culturalmente establecidos y los libere del sistema que diferencia el rol de la mujer en el trabajo. Por último, poner al centro la dignidad de cada persona, impulsando los servicios públicos, para atender las necesidades vitales de cada obrero.