Sudán del Sur: Iglesia acoge a personas que huyen de combates en Sudán
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El arzobispo de Yuba, Monseñor Stephen Ameyu Martin, ha enviado una carta a las comunidades religiosas pidiendo abrir las casas a los hermanos y hermanas que están en Sudán, desde los misioneros de Mill Hill hasta los Padres Blancos y las Hermanas del Sagrado Corazón. En una llamada telefónica durante una reunión con los responsables religiosos, el obispo de Malakal, Monseñor Stephen Nyodho, ha denunciado la situación de las personas que escapan del país, que siguen llegando en masa a la capital del Alto Nilo, donde están refugiadas temporalmente en Ruweng.
Como informa la Agencia Fides, el prelado ha dicho que "la respuesta del gobierno sigue demorándose, mientras miles de personas están varadas en Riverside, en Ruweng, y también en Melut". La Cáritas de la diócesis ha ofrecido barcas para que estas personas puedan cruzar el río hasta Malakal.
El Gobierno sursudanés afirma haber enviado una docena de camiones para transportar a sus ciudadanos atrapados en la capital sudanesa, Jartum, al estado sursudanés de Alto Nilo. Este estado atraviesa una difícil situación humanitaria debido al elevado número de desplazados internos causados por la guerra civil en Sudán del Sur.
Según las autoridades de Yuba, hasta ahora solo han llegado a Sudán del Sur más de 50.000 personas que huyen de la guerra en Sudán, en su mayoría sursudaneses expatriados que viven en Jartum.
Consejo de Derechos de la ONU pide cese inmediato de la violencia en Sudán
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó este jueves 11 de mayo una resolución que pide el cese inmediato y "sin condiciones" de la violencia en Sudán, “una solución negociada al conflicto” y un renovado compromiso de todas las partes para volver a una transición encaminada a un gobierno “de carácter civil”. , contó con 18 votos favorables, 15 en contra y 14 abstenciones, también destaca la urgente necesidad de proteger a los civiles y a los trabajadores humanitarios, así como de garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos.
Uno de los efectos concretos de la resolución es la ampliación del mandato del experto independiente sobre la situación de los derechos humanos en Sudán, designado en diciembre del año pasado, y que incluye "la supervisión y documentación detalladas [...] de todas las denuncias de violaciones y abusos contra los derechos humanos desde el 25 de octubre de 2021", cuando el Ejército sudanés dirigido por el general Al Burhan tomó el poder mediante un golpe de Estado.
Unas horas antes de la votación, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenó la "violencia gratuita" que ha traído más hambre, privaciones y desplazamientos al pueblo sudanés, mientras las partes en conflicto, las Fuerzas Armadas Sudanesas, lideradas por el general Abdel Fattah Al Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido, dirigidas por Mohamed Hamdan Dagalo, "pisoteaban el derecho internacional humanitario".
La ONU precisa que, en la sesión dedicada a la repercusión del conflicto en Sudán sobre los derechos humanos, Volker Türk recordó al organismo que la nación africana surgió como un "faro de esperanza" tras las protestas populares de 2019 que derrocaron la larga dictadura de Omar al Bashir, con las mujeres y los jóvenes "al frente”.
Tras su visita a la nación africana hace seis meses, la primera misión que condujo como máximo responsable de derechos humanos de la ONU, el Alto Comisionado recordó que en el horizonte se vislumbraba una transición a un gobierno civil.
Türk expresó que "hoy se ha hecho un daño inmenso, destruyendo las esperanzas y los derechos de millones de personas". Asimismo, sostuvo que, a pesar de los intensos esfuerzos diplomáticos de actores como la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), la Liga de Estados Árabes y las Naciones Unidas, los líderes de las partes enfrentadas no han accedido a discutir el fin de las hostilidades. Por tanto, el responsable de derechos humanos de la ONU les pidió que "se comprometan urgentemente a iniciar un proceso político inclusivo y una paz negociada".
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