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La Remam, ha declarado su oposición al contrato estipulado entre el gobierno y la Minera. Según el comunicado, al analizar el contrato, la minería metálica “No es viable ni sostenible” en un país con la riqueza hídrica y de biodiversidad y la vulnerabilidad climática de Panamá.  Según estudios internacionales y nacionales, y como lo han confirmado los obispos: “No hay dinero en el mundo que pueda compensar el daño que la extracción minera puede causar a corto, mediano y largo plazo” (CEP, 10-02-23).”

En el contrato se especifica que el área dispuesta para trabajar alrededor de la mina, “está en medio del Corredor Biológico Mesoamericano y el Área Protegida de Donoso. Además, el contrato contempla amplias facultades a favor de la empresa para adquirir, arrendar o usufructuar tierras del Estado o de propiedad privada sin límite, dentro o fuera de la concesión”. Al respecto, el Estado se compromete “a expropiar las tierras que sean necesarias para ampliar la concesión”.

Además, se lee, no es seguro, que se obtengan las ganancias económicas que ha definido el contrato, pues esto varía según el precio del cobre en el mercado mundial, entre otras irregularidades están las que abordan el Código de Trabajo y el gasto del agua, sin considerar la “disminución del caudal de los ríos para las poblaciones cuenca abajo”.

REMAM: “No avalamos este contrato”

Por tanto, la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM) - Capítulo de Panamá, afirma en el comunicado, que como ciudadanos panameños y como cristianos que defienden la vida, quieren mostrar su fe con obras, y por tanto, “NO pueden avalar un contrato de este tenor”.

“Contiene contradicciones con nuestra legislación ambiental y constitucional. “La protección del medio ambiente deberá constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada” (Papa Francisco, Laudato si’,141).  Llamamos al órgano Legislativo a una reflexión seria y profunda para que NO acepten la firma de este contrato que lesiona gravemente, no sólo nuestra soberanía sino también el futuro del pueblo panameño y de nuestra Casa Común”.

No sería la primera vez que rechazan un contrato con esta minera, pues como se lee en el comunicado, el anterior contrato fue llevado a la “Corte Suprema de Justicia” y considerado ilegal, por tanto, se mantiene la lesión al país, visto que las “ventajas para la empresa son ahora mayores. “Necesitamos cambiar el modelo de desarrollo global lo cual implica reflexionar responsablemente sobre el sentido de la economía y su finalidad para corregir sus disfunciones y distorsiones” (Laudato si’,194)”, se afirma en el texto.

Cierre de la mina

Las organizaciones que forman parte de la REMAN, instan en el texto a “todos los cristianos, a las universidades, organizaciones ambientales y demás, para que propongan un cierre escalonado de la explotación minera, con plazos razonables, en concordancia con los esquemas legales y los convenios internacionales y con la posibilidad de auditoría social para la debida transparencia y cumplimiento. “Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior, no puede considerarse progreso” (Laudato si’,194)”.

Por último, invitan a los panameños a “crear una “ciudadanía ecológica” que conduzca a la sociedad a comportamientos que tengan incidencia en el cuidado del ambiente. Y animan a los obispos a “profundizar en sus palabras (feb. 2023), y a otras organizaciones y grupos interesados por el futuro de Panamá, a que consideren pronunciarse ante la urgente necesidad de salvar nuestra Casa Común de un desastre ambiental de proporciones catastróficas”.