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La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) hace notar la necesidad de que en la sociedad haya frutos de justicia, verdad, solidaridad y desarrollo. Con motivo de las elecciones generales que se celebrarán en junio de 2023, ha publicado reivindicando la posibilidad de hacer realidad los anhelos de una patria mejor, de un país más humano, más fraterno y donde sea posible vivir y respirar libertad, sin miedo y sin necesidad de tener que emigrar.

Asimismo, el Episcopado invita a cumplir el deber cívico de votar y evitar cualquier tipo de manifestación de violencia o confrontación. También anima a aprovechar esta contienda electoral para construir una democracia auténtica y más sólida, a demostrar su compromiso cristiano y su amor por Guatemala.

Los prelados guatemaltecos recuerdan a los agentes pastorales de las diócesis y parroquias que la participación política partidaria no es congruente o compatible con el ejercicio de ministerios específicos dentro de la Iglesia, por lo que piden separar estos dos ámbitos de participación. Retomando las palabras del Papa Francisco en la exhortación apostólica , el texto subraya que los laicos deben aportar valores cristianos al mundo social, político y económico de nuestro tiempo.

Los obispos de la nación centroamericana piden a los candidatos para alcaldes, "sobre todo a los que buscan la reelección, a ser transparentes en sus negocios, no aceptar financiamientos sospechosos y no usar las obras municipales y/o estatales y/o para hacer campaña electoral".

La CEG enfatiza a todos los conciudadanos que el Estado de Guatemala tiene como misión hacer cumplir la Constitución de la República, la cual inicia invocando a Dios, reafirma el valor de la dignidad de la persona humana; y reconoce a la familia como la responsable de la educación humana y espiritual de los hijos; y que el Gobierno es el responsable de la promoción del bien común, de la consolidación del régimen de legalidad, seguridad, justicia, libertad y paz.

En el análisis de la realidad, los Pastores sostienen que los problemas económicos, sociales y políticos, después de casi cuarenta años de elecciones democráticas, no se han solucionado debido en buena parte a una actitud irresponsable.

Expresan que la manera en que se ha manejado la inscripción de los candidatos a diversos puestos y la manera de elegir a los diputados al Congreso de la República provoca que el Congreso no cumpla con su función de representar y legislar a favor del pueblo. Tampoco se han escuchado -escriben- las quejas sobre la poca funcionalidad y escasos resultados del Parlamento Centroamericano. Consideran, a su vez, que las decisiones del Tribunal Supremo Electoral deben estar sujetas a la ley electoral y que debe trabajar con independencia sin admitir influencias ni complicidad con los poderes del Estado de manera que se logre confiabilidad en las elecciones, el sistema de cómputo y los resultados de las mismas.