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Del 15 al 20 de mayo Puerto Rico será la sede de la 39 Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), de carácter electivo. , los preparativos avanzan para acoger a los asistentes que tendrán una agenda variada de actividades. 

El Secretario General de la institución, Monseñor Jorge Lozano, recuerda que para muchas entidades y, en particular, para el CELAM, una asamblea es un momento para hacer un alto en el camino. En un video publicado en el canal de YouTube, Lozano sostiene que se trata de mirar el recorrido hecho, teniendo en cuenta que estos cuatro años han sido de experiencias con muchos frutos. “Un camino de renovación y reestructuración, un camino que nos permite una estructura más ágil que nos impulsa a la misión", afirma.

Agradecer, analizar y proyectar

Explicando la importancia de este evento, el también arzobispo de San Juan de Cuyo, en Argentina, especifica que está la responsabilidad de mirar el camino recorrido, lo que se logró; teniendo en cuenta que hubo un mandato en 2019 que fue asumido por esta vigencia y se hizo real en la implementación del proceso de renovación y reestructuración, la redacción de los nuevos estatutos que expresan esta visión de hacer un CELAM más ágil, en una dinámica misionera y el cambio de mentalidad que implicó la realización de la Asamblea Eclesial y la participación sinodal, en un marco histórico en el cual, asegura, el Papa Francisco los anima y acompaña".

Para el Secretario General, esta Asamblea es un tiempo para dar gracias a Dios y discernir frente a los desafíos que tienen por delante asumiendo compromisos nuevos y ofreciendo a quienes resulten elegidos una ruta a seguir para que los demás integrantes del Celam sigan apostando por la experiencia de caminar juntos.

Sobre los aspectos claves para lograr los objetivos de los procesos liderados desde la Secretaría General, Lozano destaca “el contar con un equipo de trabajo muy importante de hombres y mujeres con mucha capacidad y gran generosidad de corazón que han podido congeniar su capacidad profesional, entrega generosa y el compromiso con el camino que se está realizando.

Renovación - reestructuración 

Durante los últimos cuatro años, el organismo ha realizado un trabajo intenso frente al que todavía les falta asentar la estructura y los vínculos internos entre los centros pastorales, según Lozano. Considera que aún les falta entender la dimensión suficiente de lo que implica el proceso de renovación y reestructuración, de lo que les exige, para lograr la transversalidad en las tareas y acoger los espacios pastorales que no han sido incorporados en la nueva estructura. Por ende, sostiene que el discernimiento debe seguir para afianzar los resultados obtenidos.

Dado que la Asamblea es de carácter electivo, el diálogo y el discernimiento serán claves para que la nueva directiva sea expresión de la representatividad de las diferentes regiones y asuma los mandatos así como las tareas encomendadas. “La continuidad está en que el sujeto sigue siendo el mismo: la Iglesia latinoamericana más allá de quienes sirvan a ella”, advierte el Secretario General del CELAM.

Los desafíos

Según Lozano, renovar el impulso misionero es uno de los retos más importantes para la Iglesia que peregrina en Latinoamérica y el Caribe.

“Aparecida nos dejo un compromiso frente a la misión continental que todavía no ha sido llevada adelante de una manera completa. Si bien si hay experiencias misioneras muy lindas en distintos lugares del continente, aún nos hace falta tener el perfil de una Iglesia misionera", insiste.

Lozano asegura que "somos una Iglesia con capacidad de dar más, así como otros han asumido el compromiso no solo de misionar y evangelizar en nuestros barrios y diócesis, sino de tener el corazón puesto en la misión Ad gentes". 

Alegría, entusiasmo y corazón agradecido

Percibir la vida de la Iglesia en todos los países y el modo en el que se vincula a la Iglesia universal, tanto en las Conferencias Episcopales como en el Vaticano, es uno de los puntos que destaca Monseñor Lozano al final de su mandato como Secretario General. 

Ha vivido esta misión "con mucha alegría", dice. 

Y añade:

"Amo al CELAM. Yo tengo 68 años de edad, nací el mismo año en que nació el Celam así que mi formación en la fe, mi inserción eclesial, mi tarea pastoral como laico, seminarista, sacerdote, siempre ha estado marcada por el Consejo Episcopal Latinoamericano y he colaborado ya en dos periodos entre el 2003 y el 2011. Cuando me han llamado a colaborar en este momento, reconociendo que ya tenía una edad mayor a la esperada para un secretario general lo asumí con mucha alegría y entusiasmo y por ello tengo un corazón agradecido".