Sínodo: Mujeres consagradas en el espíritu de la sinodalidad
Johan Pacheco, Bogotá
En el marco de la última etapa de la fase continental en Latinoamérica, la Editorial del Consejo Episcopal Latinoamérica hizo la presentación del libro escrito por la religiosa Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas.
En el libro titulado: “Con ellas: mujeres consagradas en el espíritu de la sinodalidad”, expresa la autora: “ofrece un aporte que ayuda a desentrañar, explicitar y visibilizar, todo lo que la mujer consagrada, desde su identidad puede aportar a la dinámica sinodal de la Iglesia”.
Además de hacer un recorrido por el Magisterio de los Pontífices y las Conferencias del Episcopado Latinoamericano sobre la mujer y la vida consagrada, también reflexiona sobre la activa participación de la mujer en el proceso sinodal de la Iglesia, y ofrece el testimonio de 10 mujeres que contribuyen a la edificación del Reino de Dios.
En entrevista a Pope - Radio Vaticano, la hermana Gloria Franco manifestó que “varones y mujeres a los que estamos invitados a seguir caminando y hacerlo en condición de hermanos reconociendo esa común dignidad que tenemos”
Este libro que ha presentado con la Editorial del Celam nos da una importante visión de la mujer en la Iglesia, pero también de la necesidad de ser más valorada. ¿Es lo que quiere comunicar a través de este libro?
Bueno este libro surge del deseo de poder visibilizar a la mujer en la Iglesia, de visibilizar su misión. Surge de la constatación de que precisamente en esta coyuntura eclesial cuando el espíritu sinodal nos abriga de una manera tan significativa, es fundamental reconocer que caminamos con ellas, las mujeres, las mujeres consagradas, las que en distintos rincones geográficos, en las distintas parcelas del Reino, pues están haciendo posible misión, evangelización, compromiso. Surge el deseo de ahondar en la reflexión, de todo lo que posibilite ampliar los mecanismos para la participación, para el compromiso, los cauces para que la mujer pueda realmente incidir también significativamente en los procesos de discernimiento y en la toma de decisiones en la Iglesia. Es el empeño por darle nombre, darle rostro a la vida concretamente de diez mujeres que han participado en experiencias sinodales de carácter universal y a partir de la vida de cada una de ellas de sus sensibilidades, del entramado de su propia existencia pues poder plantear unas líneas pastorales para la formación de mujeres en sinodalidad.
Teniendo en cuenta la experiencia, la visión y el trabajo de la mujer. ¿Qué hemos recibido de ese discernimiento durante esta etapa continental del sínodo?
Bueno, las mujeres han sido plenamente activas, ellas están ahí a la base de todos los procesos eclesiales y vienen liderando también de una manera muy significativa todo el cauce de la reforma también y de la renovación de la Iglesia. Han estado ahí, en el lugar de la espiritualidad, donde se teje lo profundo. Donde resuena con fuerza la voz de Dios, han sido causa, es muy importantes para generar escucha discernimiento para que resuene las voces de las minorías, de las víctimas, de los enfermos, de las personas en situación de trata, de los migrantes. Bueno las mujeres han desarrollado un papel fundamental, y como desde la dinámica de la construcción colectiva, también con los varones, pues vienen dando un aporte muy significativo en esta hora tan significativa de la Iglesia.
¿Cuál es el mensaje para ellas, religiosas consagradas, pero también para todas las laicas y laicos, para seguir caminando en el espíritu de la sinodalidad?
Bueno, pues, varones y mujeres a los que estamos invitados a seguir caminando y hacerlo en condición de hermanos reconociendo esa común dignidad que tenemos, reconociéndonos en nuestra identidad de hermanos y ayudándonos como de una manera radical y significativa a trabajar por un mundo mejor. Evangelizar supone un compromiso con el desarrollo humano integral evangelizar supone situarnos en las orillas más complejas de nuestro mundo y ahí varones y mujeres tenemos una misión muy significativa en este mundo atravesado por la guerra atravesado por la xenofobia, por la migración, pues tenemos el compromiso de unir fuerzas para que al eco de la Palabra de Dios y al ritmo del Espíritu podamos contribuir a la transformación de todo lo que degrada al ser humano y ayudará a que podamos vivir de una manera más fiel a la voluntad de Dios que es que seamos hermanos y ensanchemos la tienda y ensanchemos la mesa para que haya lugar para todos.
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