S¨ªnodo. Fase continental: ¡°Discernir la voz de Dios en este Kair¨®s eclesial¡±
Johan Pacheco, Bogotá
¡°La etapa continental del sínodo que hemos podido vivir, tiene ese sello de animar a discernir, discernir lo que Dios nos va diciendo en cada realidad¡±, expresa, Mauricio López Oropeza -coordinador de la fase continental del Sínodo en Latinoamérica y El Caribe- que se desarrolla esta semana en Bogotá (Colombia) en la sede del Celam.
Toda la fase continental en Latinoamérica comenzó con cuatro encuentros regionales, con la participación de representantes de las iglesias locales del Caribe y Latinoamérica. Y concluye el próximo jueves, luego de un encuentro de redactores del documento conclusivo que se efectuó del 17 al 20 de marzo y, posteriormente la lectura y discernimiento de los Obispos del 21 al 23 de marzo.
En entrevista a Pope ¨C Radio Vaticana, Mauricio López, valoró los trabajos de redacción de este documento continental que será enviado los próximos días a la Secretaría General del Sínodo como un ¡°planteamiento cercano a cada realidad continental y regional¡±.
Explicó que ¡°han sido siete asambleas, para entender y comprender su realidad, la dimensión de donde ellos ven la sinodalidad, no un elemento impuesto desde Roma con una estructura homogénea, sino más bien caminar con ellos y ellas. Configurar un proceso que lo que tenía en común era partir de la síntesis universal, ese documento para la etapa continental, ese fue el punto de entrada para todos y hacer una experiencia, conversación espiritual, de discernimiento¡±.
López considera que ¡°el fruto ha sido en lo concreto y en el común: la Iglesia está llamada a ser esta praxis de escucharnos, de acogernos, de entendernos, de respetarnos aún con miradas distintas, y desde allí tejer horizontes¡±, dijo.
Discernir la voz de Dios en este kairós eclesial
Mauricio López presentó su primer libro durante esta etapa final de la fase continental: ¡°Discernir la voz de Dios en este kairós eclesial: Claves sinodales desde la territorialidad amazónica¡±, compartiendo sus experiencias pastorales y misioneras en la Amazonia con un valioso aporte al Sínodo de la Sinodalidad.
¡°Este proceso nos han permitido encontrarnos con hermanos y hermanas de camino -expresó Mauricio López-, que son quienes han configurado esta obra. Creo que más que una contribución es una retribución, es un libro que nunca se planificó serlo y que más bien fue una necesidad de ir vaciando toda una vivencia, de encuentro y de desencuentros, de búsquedas con el Señor Jesús en el centro¡±.
El coordinador de la fase continental en Latinoamérica, manifiesta ¡°que, en el Sínodo de la Sinodalidad, la invitación que se nos ha hecho es compartir una experiencia. América Latina tiene una experiencia que ofrecer, no pretende ser más ni menos, pero una experiencia que quiere ponerse al servicio de este hermoso mosaico que es la Iglesia en su diversidad¡±.
¡°La etapa continental del sínodo que hemos podido vivir, tiene ese sello de animar a discernir, discernir que lo que Dios nos va diciendo en cada realidad, a una escucha amplia, activa, honesta y genuina y ayudar también a nuestro querido Papa Francisco, porque todos estos procesos son también para que él pueda seguir haciendo ese bellísimo y complejo servicio de conducir nuestra amada Iglesia¡±, expresó López Oropeza
Claves sinodales desde la territorialidad amazónica
En su libro publicado por la Editorial Celam, Mauricio López, presenta las claves sinodales: el discernimiento, la territorialidad, y la sinodalidad. Pero enfatiza que ¡°lo fundamental ha sido el Concilio Vaticano II en una afirmación profunda, concreta de Jesús en el centro¡±.
¡°Y lo que el libro ofrece son estas claves: el discernimiento como un modo de ser en la Iglesia, creo que la conversación espiritual que hemos vivido en esta fase del sínodo ha marcado el decir de la gente... las territorialidades, porque reflejan también esos rostros concretos con sus particularidades que también hacen parte de esa diversidad de la Iglesia... Y por último, la sinodalidad no como un concepto lejano, etéreo, sin sentido, sino como camino cotidiano, desde lo sencillo, las vivencias comunitarias, parroquiales, todo lo que construye nuestra Iglesia¡±.
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