Iglesia en ʲԲá: A los pies de Jesús Nazareno de Atalaya
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Los obispos de la (CEP) realizaron el lanzamiento de la Campaña de Oración por la Paz en su nación, durante la solemne eucaristía con motivo a la celebración de la fiesta de Jesús Nazareno de Atalaya, en la diócesis de Santiago de Veraguas.
Elevados niveles de violencia de diversos tipos
Monseñor Manuel Ochogavía Barahona, obispo de Colón-Kuna Yala y secretario general de la CEP, explicó que, en la última asamblea de los obispos panameños, se decidió hacer esta Campaña de Oración, ante los niveles de violencia de diversos tipos – falta de seguridad a nivel nacional, los atentados contra la vida, el sicariato, el aumento de consumo de estupefacientes – que tiene convulsionada a la sociedad.
Justicia y equidad en una cultura de paz
Esta es una Campaña de Oración por la Paz, añadió, que busca que “seamos conscientes de nuestro deber de ser constructores de una sociedad donde se respete los derechos humanos y la vida, donde todos podamos progresar en justicia y equidad en una cultura de paz”. Señaló monseñor Ochogavía que:
La oración que se rezará en todas las parroquias durante la Campaña se basa en la elaborada por San Juan Pablo II.
Oración por la paz de Juan Pablo II
Oh, Dios, Creador del universo, que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación, reconocemos tu amor paternal que a pesar de la resistencia de la humanidad y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia, Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia; envía tu Espíritu sobre nosotros, para que él pueda obrar en la intimidad de nuestros corazones; para que los enemigos puedan empezar a dialogar; para que los adversarios puedan estrecharse las manos; y para que las personas puedan encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse en la búsqueda sincera por la verdadera paz; para que se eliminen todas las disputas, para que la caridad supere el odio, para que el perdón venza el deseo de venganza. Amén.
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