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Ucrania: “Incluso una pequeña contribución hace encender la luz de la esperanza"

Casi 9 millones de ucranianos no podrán pasar la Navidad con sus familias. Algunos están directamente bajo los bombardeos, otros bajo la ocupación y otros están huyendo. Muchas personas están en la oscuridad y el frío, sin la higiene básica. Comparte luz y calor con quienes lo necesitan hoy. Apoya a los ucranianos con alimentos, medicinas, ropa de abrigo o con donaciones en dinero.

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“En los inicios de la guerra, las ayudas fueron extraordinarias. Pero durante los meses de verano prácticamente se han detenidoâ€. “Los bombardeos han paralizado la vida cotidiana y por eso pedimos ayuda para los ucranianos, para que puedan superar el invierno, que es muy duroâ€. El padre Marco Yaroslav Semehen, Rector de la Basílica Santa Sofía de Roma, explica a la colega Svitlana Dukhovych la situación en Ucrania, a más de nueve meses del inicio de la guerra. La Basílica que dirige se convirtió desde el primer día del inicio de la guerra en un centro de recepción para ayudar a las poblaciones ucranianas, desde donde parten camiones con las donaciones fruto de la generosidad de tanta gente. Lamentablemente, con las rígidas temperaturas invernales y con las infraestructuras dañadas por los bombardeos, aumentan los pedidos de ayuda. El Rector de la Basílica Santa Sofía de Roma lanza un llamado a la solidaridad y dice: “Inclusive una pequeña contribución hace encender la luz de la esperanza. Muchas personas tienen un corazón grande, y nosotros, preparándonos para la Navidad, tenemos nuevamente que golpear a la puerta de sus corazones para pedir ayuda, y sobre todo oración para que termine la guerraâ€. 

Desde el primer día de la guerra, usted ha estado comprometido con la ayuda a las víctimas de la guerra en Ucrania. Ahora, más de nueve meses después del inicio de la guerra, ¿qué le ha motivado a relanzar el llamamiento de ayuda?

Sin duda, la petición que vino de Ucrania. Vimos que al principio de la guerra la ayuda fue extraordinaria, y luego durante el verano prácticamente cesó, y desde noviembre hemos recibido muchos llamamientos de nuestros amigos, de nuestros obispos, de gente que conocemos. Recibimos información de que la situación económica se está agravando y luego, como vimos, los atentados contra las centrales eléctricas han paralizado prácticamente muchos ámbitos de la vida cotidiana. De ahí nació la idea de lanzar de nuevo el llamamiento para apoyar al pueblo ucraniano y ayudarle a sobrevivir al durísimo invierno.

¿Cuáles son las mayores necesidades de las personas que viven, sobre todo, en las zonas recientemente desocupadas, donde tantos se han quedado sin hogar?

Tenemos que decir que la gente necesita las cosas básicas, porque por lo que nos cuentan los sacerdotes que ahora regresan a los lugares liberados, sabemos que en algunos casos los soldados rusos se llevaron casi todo de las casas de la gente, incluso arruinaron las mismas casas. Así que hoy recibimos peticiones que van desde una simple manta hasta una contribución para pagar una ventana, una puerta de la casa, una cocina, comida enlatada, cosas higiénicas para poder lavarse sin agua. Necesitan todo lo que una persona precisa para sobrevivir a un invierno tan duro y, por otra parte, sobrevivir hasta que el Estado pueda reparar el sistema de electricidad y agua. 

¿Cuánta ayuda ha recibido, especialmente de italianos? ¿Tienen ustedes la posibilidad de hacer un seguimiento de dónde llega la ayuda que envían a Ucrania y quién la recibe?

Desde el inicio de la colecta en Santa Sofía de Roma hemos enviado 64 camiones de 20 toneladas cada uno. De cada camión enviado tenemos el seguimiento, si no siempre tenemos fotos por razones de seguridad, pero tenemos todos los informes. Y el primer camión que enviamos tras las vacaciones de verano con artículos de primera necesidad donados por la Universidad Unicusano partió hacia Kiev a disposición del Arzobispo Mayor Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk. El segundo camión se cargó con ropa de abrigo y se envió a su Fundación "Mudra Sprava" (en italiano, Obra Sabia). Y otros dos camiones fueron enviados a Járkiv, de donde ya hemos recibido fotos tanto del momento en que llegaron allí, como de aquellos en que el obispo y el personal del Exarcado entregan a la gente las cosas que necesitan. Estamos preparando un envío para Zaporiyia y seguiremos ayudando a la población de los territorios liberados. 

En cuanto a los donantes, por supuesto que los particulares vienen y donan lo que pueden. Ciertamente, muy grande es la atención del Santo Padre expresada a través de su Limosnero, el Cardenal Konrad Krajewski, que continuamente llega con una furgoneta llena de las cosas necesarias que luego enviamos a Ucrania. También llega ayuda de la Cruz Roja, el Banco Alimentare, el Banco Farmaceutico y las diversas empresas que quieren ofrecer y contribuir a nuestra misión humanitaria.

¿Cuál es su mensaje para toda la gente en estas fiestas navideñas, que en Ucrania se celebrarán con poca luz y poco calor?

La Navidad es siempre una fiesta familiar, una fiesta que nos hace volver a nuestros hogares, y debemos comprender que en Ucrania hay ahora muchas personas que no tienen casa, o sus casas no tienen calefacción, casas que no son muy confortables. A pesar de ello, debemos recordar que Jesús también nació en un establo donde, por supuesto, no había luz ni calor, pero llegó la paz. Por eso, en Navidad, esperamos que Europa renueve su fe en Jesucristo y, por otra parte, que sea capaz de ayudar a los ucranianos con gestos concretos, con donativos, obras de caridad, y así darles calor, encender la luz de la esperanza y decir a las personas que están bajo las bombas, que han perdido a sus familias y están desesperadas, que no están solas, que Dios, a través del hombre, siempre apoya su mano sobre toda persona que confía en Él. 

Desde los primeros meses de la guerra, pero también en los meses siguientes, vimos llegar al patio de Santa Sofía tantos coches llenos de ayuda humanitaria. ¿Esperaba esta gran solidaridad de la sociedad italiana?

No esperábamos esta solidaridad, estamos asombrados y muy agradecidos a todo el pueblo de Italia - empezando por cada ciudadano, hasta las grandes empresas que hicieron sus ofrendas y donaciones para apoyar la misión no sólo aquí en Roma, sino también en varias comunidades de la Iglesia greco-católica ucraniana en Italia. Al principio se hizo un gran esfuerzo para ayudar, sobre todo, a los desplazados internos y a los refugiados llegados a Italia, y ahora también se ayuda a la población de los territorios liberados. 

¿Recuerda algún caso de las ayudas ofrecidas que le haya impresionado especialmente?

Por ejemplo, hoy ha venido un empresario y ha traído cosas de higiene por 23.000 euros de facturación. Es una donación muy importante. 

También recuerdo un caso muy conmovedor: una vez llegó un minusválido en su silla de ruedas eléctrica y trajo dos paquetes de pasta y uno de harina, diciendo: "Padre, esto es todo lo que puedo dar a sus compatriotas que sufren". Me di cuenta de que tantos italianos tienen un corazón muy grande y nosotros, mientras nos preparamos para la Navidad, nos encontramos de nuevo teniendo que llamar a esos grandes corazones, pidiendo ayuda y sobre todo oraciones para que la guerra termine pronto.

Donaciones a través de transferencia bancaria a favor de la Iglesia Santa Sofía 

IBAN: IT10B0503403239000000003649

Motivo del pago: Ayuda a los refugiados ucranianos

SWIFT: BAPIT21N89

Banco: BPM

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12 diciembre 2022, 17:04