Vivir conectados con el corazón para ir hacia la verdad y el bien
Pope
En su reciente visita a Radio Vaticano – Pope, el presbítero Adrián Santarelli, párroco de Santo Tomás Moro en Vicente López, diócesis de San Isidro, Buenos Aires compartió con nosotros algunas de sus experiencias pastorales. También es fundador de la , una asociación de laicos comprometidos con la fe católica – con carácter ecuménico y de fuerte compromiso evangelizador – presente no sólo en Argentina, sino también en Estados Unidos.
Ante nuestros micrófonos el padre Adrián nos comentó que ha trabajado mucho por las misiones, que también estuvo como misionero en Cuba, además de haber estudiado misionoligía en Roma, en la Pontificia Universidad Urbaniana, lo que le permitió relacionarse con personas de los cinco continentes, ofreciéndole, al mismo tiempo, una experiencia muy enriquecedora, que le dejó esa idea de trabajar por las misiones.
“Sin embargo – afirma – apareció una misión en mi vida que fue la del ministerio de sanación”, que lo llevó a desarrollarlo más allá de las fronteras parroquiales. Y explica que el mandato de ir e “imponer las manos a los enfermos lo da Jesús”, de manera que es algo inherente, por lo que aprovechó para darles confianza a los sacerdotes, a fin de que “utilicen este sacramental de la imposición de manos”, que todo sacerdote puede hacerlo. Además, recordó que así sucedía en la época de Jesús, que la imposición de manos es “un gesto polifacético” a través del cual se invoca al Espíritu Santo sobre las personas, mientras así, a veces, se bendice a los niños.
El padre Adrián explica asimismo que cuando se trata de una liberación, de algún tipo de infestación del mal, se necesita el permiso del obispo para poder continuar el ritual y hasta mediante un exorcismo. Naturalmente, en este caso, nos dice que se necesita contar con un grupo de discernimiento, para analizar acerca de si se trata de un tema psicológico o espiritual. Y, en su caso, el obispo le ha dado el permiso para poder obrar, también de esa manera, cuando se presente algún caso, aunque añade, son pocos.
Sanación y formación
El fundador de la Comunidad Belén relata que la sanación es un primer paso, puesto que "la persona tiene el deseo de sanar". Mientras el segundo es la formación, “para darnos cuenta de que, también todos, tenemos recursos como para llevar una vida más sana”.
Heridas propias de la infancia y de la familia
Asimismo, debemos reconocer que la salud “tiene que venir de un conocimiento", incluso "de las heridas propias de la infancia" y, muchas veces, también – prosigue el padre Santarelli – "hasta las propias heridas familiares que se traen, que también hay muchas enfermedades espirituales que vamos acarreando en la familia", por temas de los que no suele hablarse. Por esta razón, en su comunidad han comenzado a hacer retiros de sanación para matrimonios.
Refiriéndose al mundo en guerra, el padre Adrián afirma que es una situación que nos afecta a todos:
Alianza de paz entre las naciones y las religiones
De ahí que en su comunidad desarrollen “la alianza de paz entre las naciones y las religiones”. Inspirándose en el profeta Isaías añade que "hay que ser más inclusivos" y no hay que "quedarse encerrados", que en la Iglesia no debe haber grupos para unos pocos y "para adentro", sino que – como lo pide el Santo Padre – la Iglesia debe estar “en salida”, lo que no significa hacia el "proselitismo", sino salir “a escucharlo todo para discernirlo todo, para poder encontrarnos con todos, para poder tener una alianza de paz, para ser capaces de convivir en paz”.
Tender puentes de fraternidad como dice el Papa
Hay que estar cerca de las personas de otras nacionalidades y conocer de dónde provienen y lo que piensan, “y tender puentes de amistad, de esa fraternidad, de esa amistad social" de la que habla el Papa en su encíclica Fratelli tutti, afirma el padre Santarelli.
Todos somos hermanos
Tiempo litúrgico de Adviento
Ante nuestro pedido de un mensaje relacionado con este nuevo tiempo litúrgico, que nos conduce a una nueva Navidad, algo esperanzador y gozoso, especialmente en un período caracterizado por la guerra, el padre Santarelli, comenzando por el mismo nombre de su comunidad, que se llama precisamente "Belén", fue con su pensamiento a lo que enseña el Papa y a los Magos, quienes aun procediendo de otras culturas, “reconocieron la luz”. Es decir, ese “deseo del corazón” que “es vivir conectados con el corazón y reconocer los deseos que nos mueven”, cuyo camino nos va a conducir a la verdad y al bien.
Preparar el corazón como María
"Preparar el corazón como María que se dispuso a que el Verbo se haga carne, que la Palabra de Dios se haga carne en nuestros corazones. Disponernos como José a cuidar la humanidad de Jesús en la humanidad de hoy, y ser sencillos como los pastores, que fueron capaces de alabar y abrir el corazón. Y sentirnos invitados a este misterio de Dios".
Sentirnos invitados a este misterio de Dios
"Dios encárnate en este corazón"
“Sanemos el corazón, conectemos el corazón, y digamos 'Dios encárnate en este corazón', para que la luz del amor y la luz del mundo – esa luz que nos alumbra cada mañana con el sol, que sale cada mañana – nazca e ilumine el corazón”. Y conozcamos “la verdad, la libertad y la fraternidad que nos une por detrás de todo enojo y división. Siempre somos uno. Les dejo una bendición muy grande y un abrazo en el pesebre de Belén para esta próxima Navidad”.
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