Iglesia greco-católica ucraniana expresa afecto al Papa
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Una casulla con los bordados que representan a Cristo crucificado y un mapa con una Ucrania sangrante. Este es el obsequio que la Madre María Hoshivska del Instituto de las Siervas del Señor y de la Virgen de Matará, de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado, ofreció al Papa Francisco al finalizar la Audiencia General de este miércoles 9 de noviembre.
En una gélida Plaza de San Pedro, la religiosa cuenta, ante los micrófonos de la colega Svitlana Dukhovych, de la redacción ucraniana de Pope: “Vinimos a Roma para una asamblea de los Superiores Mayores de la Iglesia greco-católica ucraniana”.
Agradecida por la oportunidad de estar en el encuentro semanal del Obispo de Roma con el santo Pueblo Fiel de Dios, en la Ciudad Eterna, la Madre Joshiv puntualiza que, en el saludo, Francisco las invitó a rezar por Ucrania, en especial por los niños y la paz. Una oportunidad, según Joshiv, de decir acá, fuera del país, la verdad sobre la situación que vivimos.
Precisamente este miércoles, como ha hecho en tantas otras ocasiones, el Papa se apartó por un momento del texto preparado y renovó su invitación a orar por “la martirizada Ucrania” y pidió al Señor “la paz para esta gente tan atormentada y que sufre tanta crueldad, tanta crueldad de los mercenarios que hacen la guerra”. También en la catequesis, dedicada a una reflexión sobre su viaje apostólico a Baréin, Francisco comentó que el Foro “Oriente y Occidente por la Convivencia Humana” exhortó a escoger el camino del encuentro y a rechazar el conflicto. “Pienso en la guerra –¡loca!- de la que es víctima la martirizada Ucrania, y en tantos otros conflictos, que no se resolverán nunca a través de la lógica infantil de las armas, sino solo con la fuerza mansa del diálogo”, dijo el Papa.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí