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Federico Piana - Ciudad del Vaticano

En un clima de fuerte preocupación se inauguró este 12 de octubre en Bruselas la asamblea plenaria de otoño de la COMECE, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea. Los obispos europeos están preocupados por las fuertes "repercusiones sociales y económicas de la guerra en Ucrania y las consecuencias de la pandemia que aún no ha terminado", explica don Manuel Barrios Prieto, secretario general de la COMECE. Por la tarde, en el marco de la cumbre que finalizará el 14 de octubre, se celebrará una misa por Europa que, anuncia Prieto, "representa sobre todo un momento de comunión eclesial".  "Europa – añade el secretario – necesita un alma y nosotros creemos en la fuerza y la eficacia de la oración".

¿De qué modo los episcopados europeos están abordando la crisis generada por la guerra en Ucrania?

Lo hacen sobre todo con responsabilidad. Los obispos europeos saben cuál es su misión como pastores de la Iglesia: estar cerca de las personas más afectadas y vulnerables. Tampoco se olvidan de los soldados y sus familias ni de los refugiados que huyen del conflicto y llaman a nuestras puertas. Los episcopados europeos tienen, pues, un arma cuya fuerza y eficacia conocen: la oración. Debemos rezar por el fin del conflicto, debemos rezar por la paz. Por último, las Conferencias Episcopales de Europa deben enviar un mensaje de responsabilidad y solidaridad.

¿Qué compromiso cree que pueden asumir los episcopados europeos para ayudar a los miles de refugiados que huyen a otros países de la UE a causa de la guerra?

La Iglesia ya está haciendo mucho por estas personas. Se ha creado un grupo de trabajo, en el que también participa COMECE, para intentar dar una respuesta coordinada a la crisis humanitaria en curso. COMECE tiene otra misión: dialogar con las instituciones y hacer un claro llamamiento para que desempeñen su papel en la acogida y la integración. Sin embargo, no olvidemos que también hay otros refugiados, además de los de Ucrania, a los que hay que ayudar y apoyar.

¿De qué modo los obispos europeos se comprometen a promover la paz y la justicia?

Lo repito: en primer lugar, utilizando el arma de la oración. Como cristianos, debemos ser testigos del poder de la oración, que realmente puede cambiar los corazones. En segundo lugar, hay otras herramientas importantes: la enseñanza, la predicación, la formación y el uso adecuado de los medios de comunicación. Por desgracia, incluso en estos tiempos de guerra, asistimos a la difusión de noticias falsas que ocultan la verdad.

¿Cuáles serán los otros temas del orden del día de la Plenaria?

Hay una cuestión fundamental que preocupa mucho a los obispos europeos: la crisis energética. Este tema crítico será objeto de debate y es previsible que, al final de los trabajos, se emita un comunicado en el que se haga referencia a la pobreza que la crisis energética provoca en familias y empresas. La tarea de la COMECE es recordar el valor de la solidaridad y la cohesión social.