Obispos de Colombia y Venezuela: Satisfacción por la reapertura de la frontera
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Con la circulación de un camión de carga venezolano hacia el lado colombiano y otro colombiano hacia la frontera venezolana, cada uno con su respectiva bandera, el pasado 26 de septiembre, se dio la reapertura oficial de la frontera, una de las más activas de Suramérica, cerrada por voluntad del gobierno de Venezuela en agosto de 2015, y seguida con la ruptura de relaciones con Colombia en 2019. Once camiones en total con mercancías legalmente registradas, mientras el intenso movimiento por las vias oficiales y los pasos ilegales o “trochas” seguía imperturbable: carretillas repletas de productos de contrabando, personas de ida y vuelta y los migrantes.
En el marco de un encuentro de las directivas de obispos de ambos países realizado el 10 y 11 de octubre, en la ciudad venezolana de San Cristóbal, con ocasión del centenario de la diócesis, ambas conferencias episcopales han suscrito un comunicado sobre la apertura de la frontera entre Venezuela y Colombia en el que han expresado la voluntad de seguir coordinando acciones en favor de los pobres, excluidos y necesitados que viven en esta región.
Intensificar la actividad pastoral
Desde hace varios años, los episcopados han estado en contacto permanente y han venido realizando reuniones fraternas para intercambiar ideas, propuestas y planes de trabajo para atención de las comunidades en ambos lados de la línea fronteriza. del pueblo de Dios. Después de enfrentar los efectos de la masiva emigración venezolana de los últimos años hacia Colombia, también en camino hacia otros países de Suramérica, y de los dos años de restricciones a causa de la pandemia, los obispos reflexionaron acerca de los pasos fronterizos por parte de los gobiernos de Colombia y Venezuela.
“Es un hecho que vemos con satisfacción” – subrayan los obispos- pero que exige de nosotros, como Iglesia servidora del pueblo, que intensifiquemos el trabajo pastoral en comunión, especialmente en el amplio territorio del eje fronterizo colombo-venezolano, desde la Guajira hasta el Guainia. Con ello queremos demostrar, una vez más, que la Iglesia es madre de todos y para ella no existen fronteras”.
Compromiso por la justicia y la paz
Tras reafirmar su misión y compromiso por la paz y la justicia, desde su servicio en la defensa de la vida, la convivencia fraterna, la solidaridad y la justicia, los episcopados de ambas naciones han decidido aumentar los encuentros sobre todo entre los Obispos de las Diócesis de Frontera y de órganos de la Iglesia que tienen que ver con la atención directa a esas comunidades: “En esta línea prestaremos la atención a los más pobres, excluidos y necesitados".
Al concluir, el comunicado conjunto afirma que la reunión se ha realizado con un espíritu sinodal: “Por ello, dicen - nos hemos encontrado para escuchar lo que Dios quiere a través de la oración y el diálogo encomendándose a la maternal protección de María, Madre de Dios venerada como Chiquinquirá en Colombia y Coromoto en Venezuela e implorando para ambos pueblos la bendición del Dios Uno y Trino.
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