Candiard: desde Andalucía una lección de diálogo interreligioso
Paolo Ondarza y Delphine Allaire - Ciudad del Vaticano
La experiencia de la España medieval para trazar nuevos caminos de diálogo interreligioso. La propuesta está contenida en el libro ¿Tolerancia? Mejor el diálogo. El caso de Andalucía y la confrontación entre credos, escrito por el dominico e islamólogo francés Adrien Candiard. El autor vive en El Cairo, Egipto, y es miembro del Institut dominicain d'études orientales. Actualmente se encuentra en Italia para presentar el libro. Ayer, la etapa de Roma en la Sala Marconi del Palacio Pío, sede de Pope - Radio Vaticano. Los ponentes fueron Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de San Egidio, y Lorenzo Fazzini, director editorial de la Lev.
En el diálogo en la diversidad
Candiard reflexiona en el texto sobre la importancia de incluir el pensamiento religioso en el ámbito de la discusión racional y el debate público. Al igual que en el corazón de la Alhambra, hace siglos, en un ambiente de respeto, cristianos, judíos y musulmanes dialogaban y filosofaban en la búsqueda de la verdad, a veces incluso en tono acalorado, también hoy, en las convicciones del autor, es posible "sin abandonar nuestras creencias, a través de un lenguaje racional, con un lenguaje constructivo y no agresivo, buscar la verdad todos juntos". Había quienes trataban de convencer a su interlocutor, sin ocultar nunca sus diferencias, sin miedo a la polémica.
Andalucía, mito y realidad
"Andalucía -explica- se muestra a menudo de forma mitificada como un lugar en el que pueden convivir las religiones. Existe como un mito de una tierra donde cristianos, judíos y musulmanes vivían en gran armonía intelectual y espiritual. En realidad, no fue así porque Andalucía era una frontera, pero en una zona de guerra, de enfrentamiento y de contacto". Revisando el pensamiento del filósofo musulmán Averroè, comentarista de Aristóteles pero también de Santo Tomás de Aquino, Spinoza y Kant, Adrien Candiard se muestra convencido de que Andalucía puede hablarnos todavía, y con fecundidad, de nuestro mundo, de nuestro tiempo, y que puede decirnos algo nuevo y necesario.
Encuentro y confrontación
De esta gran región de la costa sur de España es posible extraer importantes estímulos para el diálogo interreligioso en nuestros días. En efecto, explica el dominico francés, "el encuentro siempre va acompañado de la confrontación: no estamos llamados a abandonar nuestras creencias, pero a través del lenguaje racional podemos buscar la verdad todos juntos en un lenguaje no agresivo, sino constructivo".
¿Cómo hacer entender que la paz se construye a través del conocimiento de las religiones?
En Europa hemos intentado durante siglos relegar las religiones a una esfera privada, como si fuera peligroso introducirlas en la esfera pública. Cada día vemos los límites de esta elección. Hoy, el Islam se ha convertido en una religión europea. La fe se ha debilitado en las sociedades. El modelo que antes era válido en la sociedad cristiana ya no funciona hoy. Debemos buscar alternativas. Si queremos seguir siendo fieles al modelo iluminista de la liberación de las personas, debemos liberarlas no de las religiones, porque la religión forma parte del ser humano, sino a través de las religiones. Las religiones son, de hecho, instrumentos de comprensión, estudio e investigación racional.
¿Qué puede decirse del enfoque sobre el diálogo interreligioso del Papa, que parte hacia el Reino de Baréin dentro de una semana?
El Papa Francisco ha aportado dos elementos fuertes al diálogo islámico-cristiano. El primero es el de la imagen pública: en sus encuentros, por ejemplo con Ahmad Al-Tayyeb, el Gran Imán de Al-Azhar con quien firmó el documento sobre la fraternidad humana en Abu Dhabi, demostró claramente que el diálogo es posible. Esto es muy importante en nuestro mundo de imágenes y símbolos. También consiguió que otros líderes no cristianos y no católicos compartieran lo desarrollado en el ámbito católico en el documento Nostra Aetate del Concilio Vaticano sobre la teología del diálogo y el encuentro interreligioso. Ya no es sólo una propuesta católica, sino un diálogo compartido, incluso en sus fundamentos.
La convicción de Candiard es que podemos seguir creyendo en un "mundo tolerante y en paz, sin renunciar a nuestras aspiraciones de infinito y de verdad, a nuestra sed de comprensión". Una forma es ponerse a la escucha de siete siglos de historia andaluza.
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