蜜桃交友

Johan Pacheco – Pope

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana cumple un rol fundamental en el restablecimiento de la paz en el país, luego que aceptaran la invitación como mediadores en la mesa de diálogo entre el gobierno y los movimientos indígenas que reclaman mejoras en diversos aspectos de la vida socioeconómica.

Monseñor Luis Gerardo Cabrera Herrera, presidente el Episcopado de Ecuador y arzobispo de Guayaquil, conversó con Pope compartiendo la actualidad de la nación, el proceso que han desarrollado duramente las mesas de diálogo, y el rol de la Iglesia en la pacificación del conflicto.

“El ambiente en el que se desenvuelve el diálogo entre el gobierno, los movimientos y organizaciones de indígenas es de mucho respeto, de confianza, de seriedad. Eso hace posible que el diálogo en sí mismo sea más fluido y que se hayan logrado algunos resultados positivos”, expresó monseñor Luis Cabrera.

Después de 18 de días de “paro nacional” con fuerte confrontación social, tanto las autoridades como los movimientos indígenas firmaron el 30 de junio un “acuerdo de paz” que les permitiría sentarse a dialogar tenido a la Iglesia como su mediador.

Diálogo que aún está en desarrollo y tendrá un periodo de 90 días, para tratar 10 temas de preocupación para la población, como la minería, la educación, los productos de primera necesidad, la atención sanitaria, entre otros, que tiene de trasfondo la pobreza.

Elementos de la escucha

“Propiamente, se vio conveniente –dice monseñor Cabrera Herrera- que las partes se pusieran de acuerdo en una metodología muy sencilla que tiene estos elementos de la escucha, el respeto, los consensos, los compromisos y luego ya la ejecución de aquello que se determinó como importante, como necesario. Una ejecución, que lógicamente llevará más tiempo”.

Las manifestaciones que comenzaron en Ecuador el 13 de junio, se extendieron por 18 días dejando más de 160 detenidos, unos 500 heridos y 6 muertos.

El arte de dialogar

El presidente del Episcopado Ecuatoriano destaca el rol de la Iglesia, que ha logrado pacificar el conflicto a través del diálogo. “El arte de dialogar no es fácil, pero creo que como Iglesia también ha sido una gran oportunidad para poner en práctica aquello que hoy hablamos nosotros intra eclesialmente como la ‘sinodalidad’, esa capacidad de escucha, de discernimiento, de grandes decisiones traducidas de un lenguaje más social y político, donde pueden hablarse de consensos, de compromisos y de ejecuciones en grandes planes y programas en el territorio. Entonces creo que nuestro papel en ese sentido ha sido reconocido, valorado, inclusive por grupos que no necesariamente son afines a la Iglesia”, afirmó el Prelado.

Somos hijos de Dios

Una de las claves para el fortalecimiento del diálogo en Ecuador, ha sido colocar a la “persona” en el centro de la discusión, principalmente como hijos de Dios. “Esa visión para nosotros es lo fundamental el poner en el centro de toda esta problemática al ser humano y, creo que por eso nos ha ido bien, más allá de las diferencias étnicas, culturales, históricas, los seres humanos que al final hace que descubramos a través de la fe que somos hijos de Dios”.

Son 10 mesas de diálogo las que realizarán, y ya han conseguido algunos frutos, pero considera el Arzobispo que “un fruto importantísimo, es haber descubierto que el diálogo es y que seguirá siendo el único camino que nos puede ayudar en este entendimiento para encontrar soluciones”.

Finalmente, el monseñor Cabrera, invita a la nación ecuatoriana a “seguir apostando por el diálogo como el único camino, práctico, sensato, cordial, para encontrar soluciones a los grandes problemas que aquejan o que afectan a todo el país”.

Para la realización de las mesas de diálogo, diversas universidades del país organizadas por la Pontificia Universidad Católica de Ecuador también ofrecen su apoyo con la presencia de delegados, que hacen los trabajos de facilitadores y relatores.