Jornada Mundial de los Ancianos: Juan Vicente el abuelo de 113 a?os
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“La ancianidad no es un tiempo inútil en el que nos hacemos a un lado, abandonando los remos en la barca, sino que es una estación para seguir dando frutos. Hay una nueva misión que nos espera y nos invita a dirigir la mirada hacia el futuro”, expresa el Papa Francisco en su .
En Venezuela según reseña el la Iglesia cuenta con el testimonio de un abuelo de 113 años, Guiness World Records como el más longevo del mundo en la actualidad, que disfruta los frutos de su vida cristiana y el amor a la familia. El señor Juan Vicente Pérez Mora, es cofrade del Santísimo Sacramento desde muy joven.
Juan Vicente un hombre de oración que con camándula en mano, pide diariamente a Dios por la humanidad y la paz de los pueblos, vive en la población de San José de Bolívar y es miembro de la parroquia eclesiástica de San José, jurisdicción de la Diócesis de San Cristóbal en Venezuela.
El Obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, describe la importancia de valorar a Juan Vicente como un hombre lleno de sabiduría, “no representa sólo un número en las estadísticas, si no debemos verlo como un ejemplo, de cómo con la oración, apoyándose en el trabajo, también en la vida y una relación directa con Dios, se convierte en fuente de sabiduría, un ejemplo cristiano para todos”, dijo el prelado.
En el vuelo hacia Canadá para su viaje apostólico, el Papa Francisco también ha dirigido unas palabras refiriéndose a la celebración de esta jornada dedicada a los adultos mayores:
"Los abuelos y las abuelas son los que han transmitido la historia, las tradiciones, las costumbres: volver a ellos con el pensamiento de hoy es importante, un 'leitmotiv' en el sentido de que los jóvenes deben tener contacto con sus abuelos, volver a ellos, volver a sus raíces, no para quedarse ahí, no, sino para llevarlas adelante, como el árbol que toma fuerza de sus raíces y la lleva adelante en las flores, en los frutos”.
Juan Vicente a sus 113 años sigue dando ejemplo de cercanía con Dios a través de la oración diaria, y gozando de los frutos de una familia que le acompaña en su ancianidad.
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