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Treinta y siete años después de la segunda visita de San Juan Pablo II, un Sucesor de Pedro visitará la República Democrática del Congo. "Cuando se hizo pública la noticia de la visita del Papa, nos emocionamos. Este es San Pedro que viene a nosotros. Viene como pastor, para confirmarnos en la fe, y nos sentimos muy bendecidos por su visita", dice Mons. Bodika.

Para los católicos es un momento de gran alegría, y hay mucha curiosidad, sobre todo para los que no conocen al Papa. De cara a la visita, los obispos hacen hincapié en la dimensión espiritual y quieren que la población comprenda el significado del viaje apostólico, y con este objetivo "rezamos la oración de preparación a la visita del Santo Padre al final de cada misa", explica el obispo, que dirige la diócesis de Kikwit desde 2016.

Debido a los numerosos y complejos conflictos y a las persistentes dificultades que han asolado al segundo entre los más grandes países del continente, el principal mensaje del Papa Francisco debería ser el de la reconciliación. "El Papa viene a decirnos: 'Congoleses, reconcílience'. La República Democrática del Congo es un país enorme y muy rico, pero hay un sufrimiento generalizado en la sociedad. El Papa llega a visitarnos en un momento muy conflictivo de la vida de nuestro país. Por ejemplo, estará en Goma, donde hay mucha tensión, hay grupos armados que siembran el terror por razones egoístas, a pesar de que es la parte más rica del país", continúa el obispo.

A pesar de todos los problemas que afligen a la nación, los congoleños también tienen algo que ofrecer a la Iglesia universal, dice el obispo Bodika. "En la República Democrática del Congo, tras el Concilio Vaticano II, hemos trabajado mucho para valorar a los laicos en la Iglesia. Le diría al Papa: 'Santo Padre, soy el Presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos. Vea, están los laicos. Vea, los jóvenes'", concluye el prelado con entusiasmo.

(Fuente: ACN - Ayuda a la Iglesia Necesitada)