EEUU: Obispos destacan aporte de escuelas católicas a la Nación
Sebastian Sansón Ferrari – Pope
La gratitud hacia los educadores católicos por su labor en la formación de los alumnos en la fe es el núcleo del mensaje de monseñor Thomas A. Daly de Spokane, presidente del Comité de Educación Católica de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB). Lo hizo con motivo de la celebración anual de la Semana Nacional de las Escuelas Católicas, que terminó el sábado 5 de febrero, en un mensaje publicado por el episcopado americano.
Daly expresó que dichas instituciones “proporcionan a la nación un modelo de educación y formación que comienza con una comprensión profunda y completa de la naturaleza de la persona humana”. Además, el fin es el florecimiento del individuo y, en última instancia, su salvación, precisó.
El prelado la primacía de los padres en la educación de los hijos: “Buscamos incorporar a las familias cada vez más profundamente en la vida de la escuela y de la Iglesia”. También ofrece su “sincera gratitud a todos nuestros líderes y personal de estos centros educativos, con la seguridad de mis oraciones por ellos y por la misión crítica que desempeñan”.
El obispo aplaudió al Congreso por su reconocimiento del impacto de la educación católica. El texto alude a las resoluciones bipartidistas que apoyan las contribuciones de las escuelas católicas. De hecho, los objetivos de la Semana Nacional fueron presentadas por los senadores Pat Toomey y Bob Casey y los representantes Darin LaHood y Richard Neal.
Daly manifestó que la enseñanza social católica inculca el amor a la comunidad y a la patria con graduados que contribuyen a la sociedad civil en todos los niveles, “sobre todo entre los líderes de nuestra nación, incluso en los niveles más altos del gobierno y del servicio público”. Explicita su gratitud con el “apreciado reconocimiento” otorgado por nuestros legisladores a los estudiantes, a sus familias, a los educadores y a las comunidades locales.
La resolución bipartidista de la Cámara y el Senado realiza algunas consideraciones sobre este asunto y “apoya la dedicación de las escuelas católicas, los estudiantes, los padres y los profesores de todo Estados Unidos hacia la excelencia académica, y el papel clave que desempeñan en la promoción y la garantía de un futuro más brillante y más fuerte para la Nación”.
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