Iglesia de Guatemala condena la creciente violencia entre municipios de Sololá
Alina Tufani – Pope
Un llamado a los líderes de las comunidades y al gobierno para que emprenda el camino del diálogo y la tolerancia ante la “creciente violencia, polarización y conflictividad en y entre los municipios de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán”, en el departamento de Sololá, hacen los obispos guatemaltecos en un ante las masacres y asesinatos que se han verificado en estos últimos meses.
“Expresamos, nuestra enorme preocupación ante el desborde de violencia que ha provocado ya numerosas muertes, principalmente de pobladores locales, entre los cuales niños, mujeres y personas inocentes que solamente buscaban honradamente el sustento de sus familias, así como también de miembros de las fuerzas del orden público que han sido asesinados”.
Conflictos ancestrales manipulados por el crimen organizado
Los obispos se refieren a hechos recientes como la masacre del pasado 17 de diciembre en el que fueron asesinadas 13 personas, entre ellas cuatro niños y cinco mujeres. También otros donde las víctimas han sido funcionarios del orden público como el del pasado 7 de diciembre, en el que un policía murió y otros 19 resultaron heridos en un ataque relacionado con conflicto territorial de las dos comunidades indígenas K'iche rivales. Ataques realizados con armas de alto calibre, que pueden provenir de bandas criminales narcotraficantes y de trata de personas, especialmente de migrantes que se dirigen a la frontera de México.
“En la medida en que haya crimen organizado tras los sucesos debe ser desenmascarado, capturado, enjuiciado y condenado”, afirma la nota de la CEG al condenar los hechos y manifestar su indignación por el uso de la violencia como método para alcanzar reivindicaciones sociales o territoriales: “La violencia sólo engendra más violencia”.
El uso de la violencia hace indefendible una justa causa
“Hacemos un llamado a todos los pobladores de estos pueblos hermanos y especialmente a sus líderes reconocidos para que busquen medios pacíficos y conforme a la ley para argumentar posiciones o salvaguardar derechos. Los hechos violentos vuelven indefendibles las perspectivas de quienes consideran tener razones válidas para defender sus derechos y demandas”.
Como mencionamos se trata de un conflicto territorial que se arrastra desde la época de la colonia, cuando la corona española en su división territorial no tomó en cuenta las diferencias culturales, sobre todo, el poder económico y político de las diferentes tribus y liderazgos de los pueblos originarios. Si bien, a mitad del siglo XIX se logró hacer una separación de territorios, el aumento de la población y eventos naturales han hecho que los límites territoriales y jurisdiccionales entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán sean cada vez más imprecisos.
Necesarios el diálogo y presencia del Estado
“Creemos que los mecanismos de diálogo deben seguir siendo los canales fundamentales para la resolución de la problemática que ha generado la polarización y la conflictividad. Por ello instamos a las autoridades nacionales y locales a no cesar en la búsqueda de las soluciones que desactiven la violencia”, subrayan los obispos al reiterar que la historia nos enseña que “el abandono de los problemas no resuelve los problemas.
Al respecto, medios locales informaron que el presidente del Guatemala, Alejandro Giammattei anunció, ayer, en una reunión de su gabinete de gobierno y algunas autoridades de ambos municipios en cuestión, que el próximo martes, 19 de enero, irá a Santa Catarina Ixtahuacán – elección que hizo lanzando una moneda al aire a modo de imparcialidad - para avanzar en la resolución del añejo conflicto entre ambos municipios. El mandatario señaló que este es el primer encuentro en busca de soluciones al conflicto y calificó de positivo que los alcaldes de ambos municipios hayan participado en un ambiente de paz y tranquilidad.
Por último, la Iglesia guatemalteca exhorta especialmente a las comunidades, a los agentes de pastoral y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a orar y trabajar por la paz,
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