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Anna Poce - Ciudad del Vaticano

鈥淓l aumento de la inseguridad y de la violencia, el dolor y la preocupación que se vive por las sangrientas muertes en las cárceles y en las calles de nuestras ciudades han enlutado al Ecuador entero鈥�. Así se lee en el comunicado del Consejo de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), difundido por los obispos el 22 de octubre, al término de su 150ª Asamblea Plenaria.

Dirigiéndose a todos los ecuatorianos de buena voluntad, los obispos se mostraron preocupados por la situación del país, afectado en las últimas semanas por una grave ola de violencia vinculada al narcotráfico por parte de grupos criminales.

"No es aceptable que los diferentes actores sociales y políticos hipotequen el futuro del país buscando únicamente sus propios intereses", denuncian los obispos, porque con ello están 鈥渜uebrantando la esperanza que resurgió en el corazón de nuestro pueblo, después de sufrir los desastrosos efectos de la pandemia, gracias a un plan de vacunación que contó con la ayuda de todos los sectores de la sociedad".

Ante estos episodios de violencia, los obispos invitaron "a todas las fuerzas políticas a creer que la solución a los problemas de nuestro pueblo está en el diálogo, en el rechazo de la violencia, en la defensa de la institucionalidad, en la centralidad de la persona en sus derechos y deberes", reiterando su llamamiento "a pensar, hablar y actuar en democracia".

鈥淥ramos e invitamos a todos a rezar- dice el mensaje - para que la fraternidad, la democracia y la solidaridad, herencia recibida de nuestros mayores, sigan formando parte de nuestros valores comunes". Y concluyen: "nos comprometemos, como Iglesia católica, a sostener toda iniciativa que, reconstruyendo el tejido social, favorezca un Ecuador de paz, justicia y de igualdad para todos".