Obispos Ecuador convocan Jornada de ´Ç°ù²¹³¦¾±¨®²Ô por la vida y contra violencia en ³¦¨¢°ù³¦±ð±ô±ð²õ
Isabella Piro - Ciudad del Vaticano
La iniciativa surge como respuesta a la grave crisis que atraviesan las cárceles del país, donde recientemente se han producido numerosos casos de violencia en las prisiones de Guayaquil, Guayas, Cotopaxi y Azuay, que, según los registros de la Comisión de Derechos Humanos de Estados Unidos, han dejado más de 200 muertos y muchos heridos. El episodio más llamativo tuvo lugar entre el 29 y el 30 de septiembre en el Centro de Privación de Libertad Número 1 de Guayaquil, donde al menos 119 personas murieron y más de 80 resultaron heridas por granadas y disparos. Por ello, la CE pide el cese inmediato de toda brutalidad, con la esperanza de que "las armas se conviertan en arados y las balas en semillas de vida".
Expresando entonces "cercanía y solidaridad" a las familias de las víctimas, para que vivan su duelo "con fe y en paz", los prelados les animan a perdonar a los asesinos de sus seres queridos. Al mismo tiempo, la CEC invita a todo el pueblo de Dios a "valorar la vida humana" y a "tomar conciencia de que el ser humano no es un objeto, una cosa desechable, o algo que se pueda descartar". Por el contrario, cada muerte "es una llamada de atención a nuestra conciencia, para que reflexionemos sobre qué tipo de mundo estamos construyendo, sobre qué tipo de sociedad queremos: una en la que chocamos unos con otros o una de unidad para buscar el bien de todos, sin dejar a nadie atrás". La nota de los obispos concluye con una invitación a "construir una cultura de paz, basada en la justicia, el amor, la equidad y la solidaridad".
Los graves episodios ocurridos en la cárcel de Guayaquil también estuvieron en la mente del Papa Francisco, quien en el Ángelus del domingo 3 de octubre dijo estar "muy entristecido" por el incidente. El Pontífice también ofreció una oración y un llamamiento: "Que Dios nos ayude a curar las heridas del crimen que esclaviza a los más pobres". Y ayudar a los que trabajan cada día para hacer más humana la vida en la cárcel". Mientras tanto, el gobierno de Quito, encabezado por el presidente Guillermo Lasso, ha declarado el estado de emergencia en el sistema penitenciario. Esto significa que, durante los próximos 60 días, tanto los militares como la policía podrán entrar en los centros de detención para desmantelar las bandas criminales que luchan por mantener el control interno de los internos.
Cabe recordar que en febrero y julio ya se produjeron otros motines en las cárceles, con el resultado de 79 y 22 muertos respectivamente. Una de las principales causas de los enfrentamientos fue la lucha de poder entre bandas de narcotraficantes. De hecho, Ecuador es considerado un centro estratégico para el transporte de drogas hacia Estados Unidos y Europa. La situación también se agrava por la persistente corrupción de las autoridades penitenciarias: una grave situación que la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales denunció ya en 2006 en un informe titulado "La crisis del sistema penitenciario en Ecuador".
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