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Más de 5.000 personas están en riesgo en El Salvador debido a las inundaciones causadas por el desbordamiento del río Acelhuate, crecido tras las recientes lluvias. En concreto, se trata de unas 100 familias que viven en unas 1.000 casas, entre las que se encuentran muchos ancianos y niños. Por ello, el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar, emitió ayer una nota en la que pide ayuda y protección para estas personas: "Todos son pobres que no tienen otro lugar donde vivir -explicó el prelado- y por eso piden que se tomen las medidas necesarias para mitigar el peligro de sus viviendas".

A continuación, el arzobispo se hizo portavoz de sus instancias, es decir, "la construcción urgente de un muro de contención de 60 metros de largo por 30 metros de alto en la colonia de Miraflores", para frenar nuevos desprendimientos; la restauración igualmente urgente del puente Bailey San Martín, que "está gravemente dañado" por las inundaciones y la corriente amenaza con llevárselo.

El comunicado episcopal contiene también otras informaciones útiles. En primer lugar, anuncia que a través de la Nunciatura Apostólica,  ha llegado a Haití la recaudación de la colecta organizada el 22 de agosto por la Iglesia católica de El Salvador en favor de las víctimas del violento terremoto que destruyó la isla el 14 de agosto. En segundo lugar, Mons. Escobar expresó su solidaridad con los migrantes con motivo del Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, celebrada ayer. Por último, el prelado invitó a todos los fieles a vacunarse, para "vencer a la pandemia en beneficio particular y por el bien de la comunidad". Cabe recordar que, hasta la fecha, se han producido 102.000 contagios y más de 3.100 muertes en el país, frente a una campaña de vacunación que ha llegado al 51% de la población.