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Ciudad del Vaticano

En un comunicado emitido la mañana del lunes, 30 de agosto, los obispos de Bolivia expresan su preocupación por la situación actual a nivel nacional y "dan su aporte ante la deplorable situación de los derechos humanos y la manipulación de la administración de la justicia que se vive en nuestro país”.

Los prelados hacen hincapié en la vulneración del Estado de Derecho, la reforma del sistema judicial y el llamado a la reconciliación y la paz.

Vulneración del Estado de Derecho

Asimismo, los mitrados escriben en la nota que es de conocimiento público, "el desconocimiento del conjunto de derechos y libertades en democracia, propio de un Estado de derecho, por parte del sistema judiciario que ha pasado a ser una herramienta de revancha en manos de los que detentan el poder, desconociendo la independencia de poderes, dañando gravemente la democracia y causando indefensión y sufrimientos en tantos ciudadanos".

Por ello, reconocen que en un país democrático, "no es aceptable que entre el 70 y el 75% de la población carcelaria se encuentre sin sentencia y privada de libertad", a menudo en condiciones infrahumanas:

En este contexto, los mitrados piden recordar "que la vida y la dignidad de toda persona son derechos humanos fundamentales e inalienables y que todos debemos respeto y sumisión a la verdad de los hechos".

Reforma del sistema Judicial

Por otra parte, los obispos hacen hincapié en que ya no se puede postergar "una verdadera reforma del sistema judicial que recupere la administración de la justicia transparente, imparcial e independiente; solo así se puede garantizar el estado de Derecho y la democracia, la dignidad de toda persona y el bien común, la unidad y el desarrollo verdadero y pleno de nuestra sociedad".

Para eso -añaden-se requiere un amplio acuerdo nacional, en el que tengan representación todos los sectores políticos y sociales, con espíritu de diálogo, de paz y respeto mutuo.

Llamados a la reconciliación y la paz

Finalmente, los mitrados reiteran que todos estamos llamados a la reconciliación y a la paz, "pues lo que nos hace impuros no proviene de fuera sino del corazón" (Cfr. Mc 7,15.21).

"Unámonos todos en la oración poniendo nuestra mirada en Cristo, en su Palabra que es capaz de salvarnos (Cfr. St 1,18) para que ilumine nuestras mentes y corazones y nos acompañe en hacer realidad nuestro propósito", concluyen.